jueves, 8 de septiembre de 2011

Capítulo 5: Mucho mejor

Mi cita con Miki sale genial. Terminamos pasando la noche en Barcelona, en un hotel, pero a pesar de lo maravilloso que es Miki, no consigo quitarme a Dani de la cabeza. No puedo dejar de pensar si me estaré equivocando.

El domingo vuelvo a Madrid y ahí está Dani, cumpliendo su promesa. No pensé que viniera a buscarme, porque no dijimos nada más acerca de eso. Pero ahí está, mirándome y sonriendo. Y yo me olvido de lo bien que me lo he pasado con Miki y no hago sino sonreír.

- Así que eres un chico que cumple sus promesas.

- Por supuesto. Esta mañana me levanté pensando que tenía que hacer algo, pero no estaba seguro de qué era.- me dice mientras vamos hacia su coche.

- ¡Qué buen amigo eres!

- Parece mentira que no te hayas dado cuenta antes- dice riéndose.

En el trayecto hasta mi casa hablamos de cosas banas, nada importante. Pero cuando nos vamos acercando, me pregunta eso que tanto temo.

- ¿Cómo te fue en tu cita con Miki?

- Pues… bien. Nos lo pasamos muy bien. Es un buen chico.

- Me alegro- dice sonriendo.

- Y tú con Lara… ¿sigues igual?

- Sí. Vino a verme el sábado para ver si podíamos arreglarlo. Pero yo ya no quiero más movidas con ella. Además, cómo ya te dije, me gusta otra persona.

- Y ¿se puede saber quién?- pregunto como una tonta. No quiero que se piense que creo que soy yo, a pesar de nuestra conversación antes de irme.

- No, no se puede saber.- dice riendo.- cuando te toque saberlo, te lo diré.

- Se suponía que tú me lo contabas todo.

- Esto prefiero guardármelo. Cuando tenga que decirte algo al respecto, te lo diré.

- Qué misterioso…- puede que me esté precipitando al pensar que soy yo esa persona. Igual es alguien a quién ha conocido recientemente, así que dejo el tema.

- ¿No me vas a dar detalles de tu cita?

- ¿Qué quieres que te diga?- ni muerta le voy a contar todo. Yo a él no le pregunto detalles de su vida sexual con nadie.

- Pues yo que sé, si te gustó la comida, si te regaló algo, si os acostasteis…

- Sí, me gusto. Sí, me regalo una rosa roja preciosa, y paso palabra.

- Joder Anna, eso es lo que más me interesa saber.

- ¿Para qué eres salido? Yo nunca te pregunto si te acuestas con cada chica que tienes una cita.

- Eso es porque sabes la respuesta- dice riéndose.

- Pues yo no hablo de eso.

- O sea, que sí.

- Ni sí ni no. No quiero hablarlo y punto.

- Tampoco es que sea nada malo, Annita. Solo tengo curiosidad.

- Pues la curiosidad mató al gato así que déjame tranquila con el temita.

- Está bien- dice soltando una carcajada. Lo peor es que toco mis mejillas y están ardiendo. Eso me delata completamente.

Las semanas pasan y yo cada vez estoy más contenta con Miki. La mayoría de mis compañeros saben que salgo con él, pero nunca coincidimos en Madrid. Él viene todos los fines de semana a verme a Mollet y pasamos esos días juntos. Dani y yo estamos como siempre. Nunca más sacamos el tema de Miki y seguimos hacia delante. No me cuenta nada de la chica misteriosa, ni de ninguna otra. Al parecer no quiere tener nada con nadie.

Decido irme un fin de semana a un hotel en la playa con Miki, mientras estaba reservándolo me llama Dani.

- ¿Ya te llego la invitación?

- ¿Qué invitación?

- Al parecer Sandra nos ha invitado a su boda. Está loquísima para querer casarse.

- Pues a mí no me ha llegado. Igual no me invitó.

- Sí te invito, porque me dijo que podíamos ir los dos juntos como acompañantes. Le dije que tú llevarías a alguien.

- ¿Cuándo es?

- El fin de semana que viene.

- Joder.

- ¿Qué?

- Ahora mismo estaba reservando hotel para irme con Miki a la playa.

- Bueno, puedes cambiar de destino y listo.

- Me parece precipitado llevarlo a una boda…

- Hija, ni que fueras tú la novia

- ¡Ni siquiera se lo he presentado a mis amigas! Sería muy incómodo.

- Bueno, pues aprovecha este fin de semana, lo presentas en sociedad y lo llevas a la boda el siguiente.

- Olvídalo. Dejaré lo de la playa para otro fin de semana e iré a la boda contigo.

- Por mí no lo hagas. Yo puedo buscarme con quién ir.

- No lo hago por ti. Lo hago porque no quiero ir con él.

- Pues te haré el favor e iré contigo- me dice riendo.

Es mucho mejor así. No me puedo imaginar yendo con Miki a una boda donde no conoce a nadie. Todavía es muy pronto para eso.

1 comentario: