Me encanta la canción y me encanta lo
que me dice, pero no entiendo nada. ‘Me estás volviendo loca, Dani. No puedes
ser como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer. O quieres estar
conmigo o no, o me prefieres a mí o prefieres a Cris. Pero te pido por favor
que dejes de jugar conmigo. Me tienes la cabeza loca, hoy eres lo más cuqui del
universo y mañana me tratas como si no existiera. Decídete, que ya tienes edad
para saber lo que quieres.’ Y apago el móvil. Vaya… eso ha estado duro. Pero
espero que coja el mensaje.
Cuando ya he desayunado a la mañana
siguiente lo enciendo. En seguida me llega un whatsapp: ‘No estoy jugando
contigo, Anna. Nunca ha sido esa mi intención. Lo siento si te estoy volviendo
loca. Hasta mañana.’ Pues vale, encima se me pone así. No entiendo nada. Y cada
día menos…
Llego cabizbaja y me meto en mi
camerino toda la mañana. A la hora de comer voy al comedor.
-
Vaya,
pensaba que no habías llegado.- me dice Flo abrazándome.
-
Es
que estaba en mi camerino leyendo el guión y se me ha ido el tiempo volando.-
digo sonriendo. Miro alrededor y no veo a Cris. Pero sí a Dani, mirando su
teléfono, en su sitio de siempre. Respiro hondo y me siento al lado de Raúl y
Ale. Comemos charlando, pero Dani no deja de mirar su teléfono, y aunque
intento que tengamos un cruce de miradas ‘accidental’, no ocurre porque él ni
nos mira. Pues vaya. Voy a maquillaje y me encuentro ahí a Cris.
-
Te
echamos de menos en la comida.- digo sonriendo.
-
Ah,
no tengo hambre. Ya comeré luego.- dice sonriendo también. ya. Por eso estaba
el otro como estaba. ‘No me importa’ me digo a mi misma y me siento para que
puedan maquillarme. En el programa, cuando aparece Cris, la tensión se puede
cortar con un cuchillo… Al terminar el programa, me entretengo un poco hablando
con Flo y los invitados. Después me voy a mi camerino, recojo mis cosas y me
voy. Que largas se me hacen ahora las semanas… estoy deseando que sea viernes
para ir a casa. Dani está esperando a alguien por fuera de su coche, así que me
acerco.
-
¿Vas
a seguir insistiendo?
-
No
te estoy esperando a ti. Estoy esperando a mi novia.- dice mirando hacia la
puerta.
-
Ah...-
digo un poco ofendida. Vale, yo también parezco el perro del hortelano pero…-
pues yo que tú me marchaba. Se fue hace un rato.
-
¿Qué?
¿Cómo lo sabes?- dice mirándome a la cara por primera vez hoy.
-
Porque
la vi salir cuando entraba yo en mi camerino y me dijo adiós. Supongo que eso
significaría que se iba.
-
Joder.-
dice entrando en su coche.
-
Adiós.-
digo irónicamente. Pero él me oye y abre la ventanilla.
-
Adiós.-
dice y se va.
Estos dos están todo el día igual. Aunque
nosotros también estábamos peleándonos todo el día… supongo que el amor es así.
Estoy en el sofá, viendo la tele. Y pienso que en esto se ha convertido mi
vida. En ir a trabajar, volver, tirarme en el sofá y ver la tele. Soy una
abuela total. Y no me gusta ser así. Así que llamo a Raúl.
-
Hola,
mi rubia preferida.
-
Hola
cari, ¿dónde estás?
-
En
casa. No tengo planes.
-
¿Te
apetece salir a cenar y luego a tomarnos algo?
-
Claro
que sí. Te paso a buscar en…
-
Media
hora.
-
Hecho,
nos vemos ahora.
Sonrío y me doy prisa para terminar a
tiempo. Justo me estoy retocando el labial cuando suena mi teléfono. Es un
mensaje de Raúl diciendo que ya esta esperándome en mi puerta. Cojo el bolso y
me voy.
-
Madre
mía qué guapa vienes, ¿no?
-
Gracias.-
digo riéndome. Voy con unos shorts negros y una camiseta de encaje negra
también. Sencilla pero mona, supongo.
-
No
hay que darlas, Annita. Vamos a comer que me muero de hambre.
-
¿Dónde
vamos?
-
Te
voy a llevar a uno de mis sitios favoritos. Comidita buena, casera, en
definitiva, lo que nos hace falta.- yo me río, porque con este hombre es
imposible no reírte. Cenamos comida buenísima y charlamos durante mucho rato. Me
cuenta cosas de su vida, está soltero, pero acaba de salir de una relación y
dice que así es como quiere estar. Me habla de sus cosas y yo de las mías, y
cuando estamos tomando el postre, ataca con el tema más peliagudo…
-
Y
Dani… ¿Qué tal te va con él?
-
Mal.-
digo riéndome.
-
Se
os veía muy buenos amigos en Tonterías.
-
Lo
éramos…
-
Y
¿qué pasó?
-
Pues
que decidimos dar el siguiente paso… y ahora no somos ni amigos.
-
Dani
se veía enamorado de ti.
-
Pues
se le ha pasado.
-
No
lo creo.
-
Es
lo que siento. Yo no soy perfecta, Raúl, tengo muchísimos fallos… nunca he
pretendido serlo. Pero creo que no me merezco lo que me hizo Dani. No me lo
merezco. Y a él le dio igual lo que yo sintiera. Sé que soy muy celosa, pero
creo que, ahora, viendo todo lo que ha ocurrido, lo era con razón…
-
Yo
no creo que Dani esté enamorado de Cris.
-
Yo
creo que sí.
-
No
de la misma manera. No sé… creo que simplemente quiere demostrar algo.
-
¿Qué?
-
Pues
quizás quiere demostrar que no eres feliz estando sin él. Y que él tampoco es
feliz estando sin ti.
-
No
parece infeliz.
-
¿De
verdad?
-
Y
si eso es lo que está haciendo, me parece fatal. Cris no se merece eso.
-
No
te digo que no le guste, pero ya está. Simple atracción sexual.
-
No
sé si esto me lo dices porque has hablado con Dani o no, pero déjame decirte
que si eso es lo que buscaba, no lo está consiguiendo. No me gustaría que nadie
saliera herido por nuestras movidas. Y no sería algo de lo que me sintiera
orgullosa por su parte.
-
No
digo que lo haga por eso. Digo que quizás, se sintió que no deberían de estar
juntos, y si tanto pensabas que él quería estar con Cris, quizás era eso lo que
tenía que hacer.
-
Eso
tiene más sentido.
-
Es
que no soy muy bueno con las palabras
-
Eres
más de piropos.- digo sonriendo.
-
Exacto.-
dice sonriendo también.
-
Sea
como sea, yo sólo quiero que él sea feliz.
-
Tú
también mereces ser feliz… y no lo eres. Hay veces que… a ver cómo te explico
esto. Eres celosa, vale, es ‘bueno’. Significa que Dani te importa… pero tienes
que entender que es un muchacho guapetón, simpático, que media España está loca
por él… pero él estaba contigo. Y te eligió a ti. Por algo sería, ¿no? Y lo
mismo digo por tu parte, eres preciosa, la más preciosa del universo, y lo
elegiste a él. Por algo sería también.
-
Ya…
no sé… las cosas a veces se me van de las manos, lo reconozco.
-
Habla
con él, no pierdes nada. Todo lo contrario, ganas un amigo que habías perdido.
-
Gracias,
Raúl.
-
De
nada, Annita. Para eso estamos. Bueno, vamos a emborracharnos un rato.
-
Vale.-
digo riéndome. Salimos del restaurante y nos vamos a un bar de copas. Al parecer
Raúl es un habitual porque saluda a todo el mundo. Vamos a un reservado y
pedimos unos mojitos. Nos reímos, bailamos un poco y seguimos charlando. Se unen
amigos de Raúl que en seguida me presenta y la verdad es que lo estoy pasando
muy bien. Vienen Ale y Javi y se unen a nosotros. Estoy bailando con Ale cuando
alguien me agarra por detrás.
-
Vaya,
la abuela ha salido a pasárselo bien.
-
Hola.-
digo nerviosa. Noto su aliento en mi cuello y estoy temblando. Me da la vuelta
y me da dos besos. Saluda a Ale y vuelve a mirarme.
-
¿Has
venido con Ale?
-
No,
con Raúl. Pero nos hemos encontrado a Ale y a Javi.
-
Qué
bien.
-
¿Con
quién has venido tú?- pregunto mirando alrededor.
-
Con
unos amigos. Pero cuando nos marchábamos he visto un brillo dorado en la pista
y sabía que eras tú.
-
Estás
poeta.- digo riéndome.
-
Estoy
contento.
-
Borracho,
vamos.- digo mirándole a los ojos. Le brillan y tiene esa sonrisita que el sale
solamente cuando lleva alguna copa de más.- deberías irte a casa.
-
Sí,
debería.- dice mirándome a los ojos.
-
Eh,
siento interrumpir, chicos. Pero Javi y yo nos vamos.
-
Ah…
adiós. Nos vemos mañana. Gracias por todo chicos.- digo dándoles un beso. Dani
también se despide y miro hacia el reservado. Hacia Raúl, que está con sus
amigos charlando.
-
Si
quieres te llevo a casa.
-
No
te preocupes, esperaré a que se vaya Raúl.
-
No
seas tonta, no me importa.- dice sonriendo. Finalmente acepto, porque estoy
cansada y mañana tenemos que trabajar, nos despedimos de Raúl y salimos. Hace frío
fuera, y cruzo los brazos para darme un poco de calor. Dani, sin decir nada, se
quita su chaqueta y me la pone a mí.
-
¿Conseguiste
hablar con Cris?
-
No
hablemos de Cris.
-
Vale…-
digo. Y sigo caminando mirando al suelo. Dani agarra mi brazo para que gire y
por fin veo su coche.
-
¿Estás
en condiciones de conducir?
-
Claro
que sí, sólo me he tomado dos copas.
-
Ya…
dos copas…
-
Bueno,
quizás tres.- dice riéndose. El camino a casa es silencioso. En el pub parecía
que queríamos decirnos tantas cosas y ahora… ahora no sale ninguna. Llega a mi
casa y se para en la puerta.
-
Gracias
por traerme, Dani. Nos vemos mañana.
-
Hasta
mañana.- dice mirándome y sonriéndome. Y yo me quedo así. Sin salir del coche. Él
no dice nada. Yo tampoco. Nos miramos. Y nada
más. Hasta que creo que meto la pata…
-
¿Quieres
subir? …