-
¿De
qué?
-
De
la tontería esta de no hablarnos y de pasar el uno del otro.
-
Empezaste
tú.
-
¿Yo?-
dice levantando la voz.
-
Sí.
Tú y tu casa como refugio para ex novias enamoradas de ti. Bueno, eso si no
hablamos de que me dejaste tirada.
-
¿Todo
culpa mía, no?
-
Claro.
-
Yo
lo flipo.
-
¿Es
culpa mía, ahora?
-
No,
es todo culpa mía. Y no sé ni para qué me molesto en venir a hablar contigo con
lo soberbia y rencorosa que eres.
-
¿Perdona?
Yo no soy soberbia ni rencorosa.
-
Ya,
entonces ¿por qué no aceptas mis disculpas?
-
¿Qué
disculpas? Porque hasta ahora no has dicho sino gilipolleces, y además, me insultas.
-
Eso
no es insultarte. Es describirte tal y como eres. Y ya me queda claro que no
quieres arreglar las cosas.
-
Hombre,
si me vienes de estas maneras por supuesto que no.
-
Vale.-
dice saliendo y tirando la puerta. Joder. Se supone que teníamos que
arreglarlo, ¿no?
Pasamos ese día evitándonos, y cuando
acaba el programa voy directa a mi camerino. Recojo mi bolso y mis cosas y voy
a casa. Limpio, hago una compra y me siento en el sofá a ver la tele. A las 8 y
media miro el reloj. Tengo dolor de estómago. Miro mi móvil. No tengo nada.
Suspiro. Debería ir a hablar con él. Me levanto decidida, apago el televisor y
salgo. Cojo un taxi y voy hacia su casa. Llamó, pero no contesta nadie. Miro en
busca de su coche, pero no está. Me siento por fuera, a esperarle. Ya que he
venido no voy a volverme a mi casa…. Veo pasar a mucha gente. Gente que no se
da cuenta de que estoy ahí. Gente que va a lo suyo, y que seguramente no se
complicará la vida como yo. Y pienso en lo tonta que soy muchas veces. En que
puedo tener razón, en cuanto a lo de los celos se refiere, pero al fin y al
cabo él intenta hacerlo lo mejor que puede…Cuando ya ha pasado una hora, saco
mi teléfono para llamar a un taxi, pero una voz me interrumpe.
-
¿Anna?-
dice Dani mirándome extrañado.
-
Hola…
-
¿Llevas
mucho tiempo aquí? ¿Por qué no me llamaste?
-
Pensé
que llegarías pronto.- digo sonriendo. Le miro a los ojos y él a mí también.
Parece que todo el cabreo que tenía antes se desvaneciera. Yo también me olvido
de la mierda de semana que llevamos y me acerco. Él se acerca más y me besa. Allí,
delante de toda la gente que pueda pasar por su calle. Deja caer algo al suelo,
no me había fijado que traía unas bolsas, y me abraza por la cintura mientras
abre la boca para darme un beso más intenso. Tan intenso como las mariposas que
siento de repente en el estómago. Yo también le abrazo fuerte, rodeándole el cuello
con mis brazos. Se separa un segundo de mí. Coge las bolsas con una mano y con
la otra me agarra de la cintura. Vuelve a besarme, mientras nos mueve hacia la
puerta. Y así subimos a su casa, sin dejar de besarnos ni un solo momento, ni
siquiera cuando busca sus llaves que parecen perdidas en su bolsillo. Ni cuando
intenta abrir la puerta, la cual se le resiste al no prestarle demasiada
atención. Al fin consigue abrir y entramos en su casa. Vuelve a tirar las
bolsas al suelo, las cuáles espero que no contengan nada que pueda romperse, y
me abraza de nuevo. Yo también le abrazo muy fuerte y nos lleva a su
habitación. Me deja respirar durante un segundo mientras me quita la camiseta y
yo aprovecho para aclararme un poco, ya que desde que me ha besado me ha dejado
la mente en blaco.
-
Dani…
-
Calla.-
dice en voz baja y vuelve a besarme. Seguimos besándonos y yo aprovecho para
quitarle también su camisa de cuadros. En ese momento que volvemos a separar
nuestros labios, vuelvo a hablar.
-
Tenemos
que hablar…
-
Ya
hablaremos más tarde.- dice besándome.- tenemos toda la vida para hablar.- dice
mirándome a los ojos. Luego vuelve a besarme y se me olvida todo. Solo puedo
pensar en él. En sus manos, vagando por todo mi cuerpo. En su aliento, que hace
que mi piel se ponga de gallina. En sus ojos, que me miran mientras me hace
sentir tantas cosas que echaba de menos. En sus labios, que me besan, que
atacan a mi cuello y hacen que pierda la cabeza. En todo su cuerpo, y hasta en
su alma, que puedo llegar a sentir cuando finalmente hacemos el amor,
abrazados, y miro sus ojos. Y siento todo ese amor que sé que siente por mí,
pero que muchas veces se me olvida. Y sé que él también lo ve, y lo siente. Porque
yo le miro de la misma manera. Y con mi mirada, intento que entienda lo mucho
que lo adoro. Lo mucho que cuesta estar mal con él. Y en momentos como este me
pregunto por qué seré tan difícil. Y por qué renunciar a esto tan precioso por
unos celos estúpidos….