sábado, 26 de noviembre de 2011

Capítulo 40: No One

El sol en mis ojos me despierta. No puedo ni abrirlos de lo deslumbrada que estoy. Me voy a dar la vuelta y siento una sensación de caída y acabo en el suelo. Parpadeo confusa y me doy cuenta de que estamos en el sofá de Dani. Él está dormido, en una extraña posición. Me levanto con cuidado de no despertarle y voy al baño. Cuando salgo miro el reloj. Son sólo las 9 de la mañana. Dani sigue como estaba. Le miro y sonrío. Me pone de los nervios pero no le puedo querer más. Me acerco al sofá y me acurruco con él, que inconscientemente me abraza y sigue durmiendo. Me quedo así mirándole un rato, hasta que me vuelvo a sentir adormilada y me quedo dormida. De repente, esa sensación de que han pasado horas desde que cerraste los ojos. Oigo un ruido molesto y me doy cuenta de que es la puerta. Abro los ojos y veo a Dani despertándose también.

- ¿Quién coño es a esta hora?

- ¿Qué hora es?- pregunto.

- Yo que sé, las 9 y media serán.- mira el reloj.- ¡Mierda! Es la 1, ¡joder!- me levanto corriendo y en el intento casi me como el suelo. Dani me agarra por la cintura y me sienta en el sofá.

- Tranquila, abuela. Voy a abrir.- dice riéndose por un momento. Se acerca a la puerta y mira por la mirilla. Me mira con cara de susto y me hace señas para que me esconda. Me voy corriendo a su habitación y cierro. Al momento escucho voces.

- Llevo toda la mañana llamándote y no sé nada de ti. Además, Anna tampoco aparece y Juange dice que no está en casa. ¿Qué te ha pasado?

- Nada, que ayer tuve una cita con una chica y se ve que bebí demasiado vino. Me acabas de despertar. De verdad que lo siento.

- Joder, Martínez. Y no sabrás dónde está Anna.

- No tengo ni idea. Supongo que habrá salido a hacer alguna cosa y tendrá el móvil en silencio, como siempre.- después oigo silencio. Me doy cuenta de que toda mi ropa está tirada por el suelo. Rezo para que Flo no se fije.

- Y… ejem… esa chica… ¿sigue aquí?

- Sí, está en mi dormitorio.- dice susurrando.

- Perdona, tío. Es que estaba preocupado. Voy a seguir llamando a Anna, venga, vístete y despide a tu cita y nos vemos abajo.- dice y después de unos segundos oigo la puerta cerrarse. Al momento, Dani abre la puerta.

- Joder, por poco. Me voy a tener que ir, porque dice que me espera abajo. – dice mientras se viste.- Me encantaría llevarte a casa, pero va a ser imposible, tendrás que irte en taxi.

- Traje ropa en mi bolso, me ducharé aquí y me voy en taxi.

- Mejor.- dice mientras termina de ponerse las Converse. Se acerca a mí y me da un beso.- nos vemos luego en tu camerino.- y sale corriendo. Yo me ducho y me cambio, meto la ropa en una bolsa y la dejo en casa de Dani, no quiero que nadie la vea, y menos Flo. Luego llamo a Flo.

- Joder, Anna. Llevo toda la mañana llamándote.

- Perdona, Flo. Tuve que venir a arreglar unas cosas al banco y tenía el móvil en silencio, te iba a llamar, pero justo dijeron mi número y llevaba ya una hora esperando para que me atendieran. En 15 minutos estoy en plató.

- No te preocupes. Lo malo es que Dani también tuvo un contratiempo hoy.

- ¿Qué me dices?

- Sí, una chica, ya sabe.- dice riéndose.

- Ay, como es este Martínez. Bueno, pues en nada estoy ahí.

- Vale Annita. Nos vemos ahora.- respiro hondo. Menos mal. Bajo corriendo y pillo un taxi. Cuando llego está Raúl fuera hablando con Pedroche y Dani.

- Vaya, otra que llega tarde. Parece que os hayáis puesto de acuerdo…- dice Cris.

- El banco, hija. Que por las mañanas está a tope. Ya me contó Flo que una chica te hizo llegar tarde. Anda que no vives bien.

- Oye que pasa. Además una especial.- dice sonriendo.

- Tendría que serlo para quedarte dormido hasta la una de la tarde.- dice Raúl riéndose. Yo también me río y entro a buscar el guión. No tenemos tiempo de estar a solas porque en seguida vamos a comer algo y a maquillaje. Cuando acaba el programa, voy a mi camerino y mientras me cambio, espero a que toque en la puerta. Pero nada. Cojo mis cosas y salgo. Llamo a su puerta, pero no contesta nadie. Sale Cris del suyo.

- Me está esperando fuera, porque vamos juntos al concierto de un amigo. ¿Quieres que le diga algo?

- No, simplemente era para que me diera mi cargador que se lo presté. Ya me lo dará mañana.

- Vale, hasta mañana guapa.- dice sonriendo. Yo también sonrío, falsamente, claro, y me voy rabiando hacia la salida. Justo cuando veo irse al coche de Dani, me llega un mensaje: “Lo siento, no me acordaba que ya había quedado con Cris y Moni. Desde que pueda escaparme voy para tu casa. Te quiero”. Bueno, al menos no se fue sin darme explicaciones. Voy para casa y me relajo un rato en el sofá. Demasiado estrés en un solo día. Pienso en ir a casa de Dani a por mi falda y mi camiseta, pero no sé si estará y no voy a esperarle fuera. Le espero allí, sentada en el sofá viendo la tele. Cuando son las diez, busco mi móvil en el bolso. Justo cuando estoy buscando su número oigo la puerta. Me levanto corriendo y abro.

- Vaya, cuánta alegría.- dice mientras me da un beso.

- Pensé que ya no venías.

- Me tuve que esperar a que acabara el concierto. Además, pasé por casa a recoger un poco la mierda que dejamos esta mañana. No quería llegar mañana y encontrármela llena de moscas. Aproveché y te traje esto.- dice enseñándome la bolsa que había dejado con mi ropa.

- Genial.- digo sonriendo.- no me lo pondré más en la vida.

- No creo que Flo se haya fijado.

- Por si acaso. Que mal lo pasé esta mañana.- digo yendo hacia el sofá y abriendo la bolsa.

- Ni me lo digas. Menudo despertar.- saco la ropa y me encuentro la pegatina de la Torre Eiffel.

- La has traído.

- Sí, pensé que igual querías guardarla.

- Claro que sí, es enorme y preciosa.- digo sonriendo. Me acerco a la tele, donde tengo una pared sin nada colgado y la pego ahí.- lo malo es que no podré evitar acordarme de ti cuando la mire.

- ¿Y eso es malo?- dice abrazándome por detrás.

- No.- digo sonriendo. Me besa el cuello y me abraza muy fuerte. Cuando voy a darme la vuelta para besarle en la boca, llaman a mi puerta.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Capítulo 39: Je t’aime.

Llamo a su puerta y me abre en seguida. Subo a su piso y le veo esperándome en la puerta.

- Hola cuqui.- dice sonriéndome y dándome un beso. Me llega su olor a colonia y entierro mi nariz en su cuello.

- Joder, que bien hueles.

- Me he preparado para la ocasión.- dice riéndose. Entramos y me quito el abrigo. Se queda boquiabierto con mi mini de cuero y yo hago como que no me doy cuenta.

- Madre mía.- susurra. Yo sonrío sin que me vea y entro en la sala. No me había parado a escuchar la música que se oía de fondo, pero ahora me doy cuenta de que es música francesa. En la pared del fondo ha pegado una pegatina de la Torre Eiffel y un montón de velas la iluminan como si fuera de verdad. La mesa está puesta con dos velas, muy elegante, muy parisino. Sonrío emocionada porque lo ha dejado todo precioso.

- Me encanta, Dani. Te lo has currado de verdad.- digo mirándole.

- Bueno, he hecho lo que he podido.- dice sonriendo. Me acerco a él y le abrazo muy fuerte. Él en seguida me devuelve el abrazo. Me separo un poco y le beso. Pero en seguida se separa.- espera, que nos quedamos sin cena.- dice corriendo hacia la cocina. Miro otra vez a mí alrededor, miro a la pegatina de la Torre Eiffel que parece tan real, como si estuviéramos en algún sitio de París observándola. Viene con dos platos y los pone a cada lado de la mesa. Separa una silla y me hace una seña para que me siente.

- Vaya, qué caballeroso.

- Es el estilo parisino.- dice riéndose. Yo también me río y le sonrío. Ha preparados quiches para los dos, muy francés. Todo acompañado de un vino. Cenamos riendo y hablando, mirándonos en silencio y dándonos besos de vez en cuando. Después, Dani trae el postre. Crepes con sirope de chocolate.

- Joder, qué buenas están.

- ¿Mejor que la quiche?

- Sí, soy muy golosa.

- Ya lo sé. Yo también. Por eso dije que el postre tenía que ser ese.- dice sonriendo. Antes de acabar el mío, se acerca a mí, me levanta y hace que me sienta encima suyo.

- No seas egoísta, tú ya te comiste el tuyo.- digo quitándole la mano de mi tenedor.

- Oye.- dice protestando.- solo un poquito.

- No, haber comido más despacio…

- Qué mala persona eres.- dice apoyándose en mi hombro. Mientras acabo de comer, empieza a darme suaves besos en el cuello, para luego pasar directamente a morderme suavemente. Se me cae el tenedor del escalofrío que siento.

- ¿No quieres más?- dice agarrando el tenedor y comiéndose el último trozo.

- ¡Oye! Ese era mi último trozo.- digo poniendo morritos por segunda vez en el día.

- Es que como dejaste el tenedor pensé que no querías más.- dice sonriendo maliciosamente. Le agarro la cara con mis manos y le doy un beso. Pero no un beso cualquiera, abro la boca y el automáticamente también. Todavía tenía el trozo en la boca, así que se lo quito con mi lengua y dejo de besarle.

- ¡Eso es trampa!- dice intentando agarrarme la cara a mí.

- Cállate.- dice masticando rápido para tragar y que no pueda agarrarme la cara. Cuando lo consigue abro la boca.- no me queda nada.

- Joder.- dice poniendo morritos.

- Ahora eres tú el de los morritos.- digo dándole con mi dedo en sus labios.

- Es que eres mala gente.- dice besándome. Cuando el beso se vuelve demasiado pasional se separa de mí.

- Ven, vamos al sofá que tengo una peli ambientada en nuestra noche de hoy.- nos sentamos y pone la película, y cuando veo su título pienso que no puede ser más acertado: París, Je T’aime. No vemos casi nada de la película, ya que Dani empieza a meterme mano sin esperar si quiera a ver de qué va la peli. Empieza a meter su mano disimuladamente dentro de mi camiseta, y luego por la falda acariciando el costado de mi muslo. Yo empiezo a respirar entrecortadamente y me acerco para besarle. En seguida nos olvidamos de la peli y me acuesto en el sofá con Dani encima, que ya me ha quitado la camiseta y yo a él la suya. Nos terminamos de quitar toda la ropa y hacemos el amor con la película más parisina y romántica que puede haber. Cuando terminamos, oigo que dicen en la peli Je t’aime. Miro a Dani que también me mira sonriendo.

- Je t’aime.- le susurro.

- Yo también t’aime.- dice poniendo una cara muy cuqui. Me río y le abrazo. Si pensaba que nada podía superar la noche asiática, estaba muy equivocada….

sábado, 19 de noviembre de 2011

Capítulo 38: Otra Noche.

Le miro enfadada y me separo de él. Antes de que me dirija a la puerta me agarra del brazo.

- ¡Era broma, era broma!

- ¡No hagas esas bromas!

- Perdón, es que me lo pusiste a huevo.- dice riéndose.

- No me hace gracia.- digo poniendo morritos.

- Vale, vale. No tendría que haber bromeado con eso. Es que me encanta cuando pones esa carita de mosqueo.- le miro atravesada y me doy la vuelta. Me abraza por detrás y me besa el cuello.

- Eres imbécil. Ahora por listo no quedamos hoy.

- No seas así, Annita. Es que me encantas cuando te enfadas y pones esos morritos.

- Muy gracioso.

- Venga, vamos a pensar en el tema de hoy.- dice besándome en la boca. Oímos ruido y nos separamos pero intentamos disimular. Son varios del equipo, incluidos Flo, Cristina y Raúl. Cristina viene rápidamente hacia donde estamos nosotros, ya que todos están acostumbrados a vernos aquí y no le dan importancia, y se pone a hablar con él. Yo, que siento que no pinto nada en esa conversación, me voy hacia donde están todos y me siento al lado de Flo. Hablamos durante un rato y luego todos empiezan a irse, pero Cris y Dani siguen hablando. Miro hacia ellos pero Dani me da la espalda, así que me voy a mi camerino. Estoy leyendo el guión cuando oigo unos nudillos.

- Pasa.- digo sabiendo que es él.

- No me había dado cuenta de que os habíais ido.- dice sentándose a mi lado.

- Sí, cuando se fueron todos me marché con ellos.

- Podrías haberme esperado, y nos hubiéramos quedado allí más rato.

- Estabas ocupado.

- ¿Estás enfadada?

- No, digo la verdad. Como estabas de espaldas no iba a interrumpir tu conversación para decirte que me iba, hubiera cantado mucho.- digo sinceramente. Quizás me hubiera gustado que hubiera pasado de ella y se hubiera quedado hablando conmigo sobre esta noche, pero no me fui porque estuviera enfadada.

- Bueno, pues ya que no estás enfadada vamos a hablar de esta noche. ¿Dónde quedamos?

- En mi casa. La tuya me trae malos recuerdos.

- Joder, no hago nada bien, ¿no?

- Bueeeno, quizás estoy siendo demasiado dura…

- ¿Demasiado? No me dejas respirar.

- Donde tú prefieras.

- Pues en mi casa, por lista. Te paso a buscar y vamos.

- No, no te preocupes, voy yo en taxi. ¿A qué hora?

- No sé, a la que quieras. Pero tienes que decirme el tema.

- No sé…- digo pensando. Me quedé con ganas de la noche neoyorquina pero no voy a darle el gusto, sigo enfadada por eso.

- Bueno, vamos a hacer una cosa. Yo lo pienso y te sorprendo. Tú solamente tienes que venir muy guapa, que no te será difícil.- dice dedicándome una sonrisa encantadora. No puede ser más guapo. Le agarro de la nuca y le doy un beso. Él parece sorprenderse pero en seguida me responde. Nos quedamos así besándonos un rato, hasta que oímos ruido en el camerino de Dani. Nos separamos y se levanta.

- Será mejor que vayas, a ver si va a ser Flo buscándote.

- Después nos vemos cuqui.- dice dándome otro beso y saliendo por la puerta. Pero no es Flo, es Cris, que se queda extrañada de verle salir de mi camerino.- estábamos ensayando el guión.

- Ah, genial.- dice sonriendo.- necesito hablar contigo.- yo sonrío y me voy a maquillaje. Me está hartando ya con tantos tengo que hablar contigo. No sé qué coño tiene que contarle cada cinco minutos. Tiene más cosas que contarle que yo, que soy su novia. Respiro hondo, porque no quiero que los celos me cabreen y me olvido del tema. Mientras estoy comiendo viene Dani y se sienta a mi lado. Comemos con todos y luego nos vamos a la terraza un ratito pequeño.

- No me has dicho la hora para esta noche.

- Ya te dije que a la que quieras.

- Pero tendrás que tenerlo todo preparado.

- Bueno, pues digamos que a las 8. Tengo algunas cosas que comprar.

- Más te vale que hagas una buena cena, me lo debes.

- Que sí…- dice besándome.

Cuando termina el programa nos despedimos en su camerino con un beso y se va. Yo voy a mi casa y limpio un poco. Organizo mi casa y me ducho. Miro a mi armario, porque no sé que ponerme. Y tampoco sé qué se habrá inventado. Decido ponerme una mini falda de cuero negra y una camiseta negra también con un abrigo, porque hace frío, y taconazos. Me maquillo y me voy a pillar el taxi. Llego y me encuentro su coche aparcado fuera. Vamos bien…