domingo, 13 de noviembre de 2011

Capítulo 36: Contigo.

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- Se está convirtiendo en un hábito el que no me contestes cuando te llamo.

- ¿Puedes apartarte para dejarme entrar, por favor?

- No. Quiero hablar contigo.

- Pues lo siento, tu tiempo se terminó ayer. Yo estuve esperando dos horas en las escaleras del portal de tu casa para verte, pero no tuve suerte, fíjate. Hoy no vas a tener suerte tú.

- Ya te pedí perdón. Se me fue un poco de las manos.

- Se te fue un poco de las manos y como siempre la que acaba jodida soy yo. ¿Que Dani se emborracha? pues nada, se lía con la Pedroche. ¿Que Dani queda conmigo después de quedar con la Pedroche? pues nada, no nos acordamos de que Anna existe y apareceremos cuando nos apetezca. Estoy harta de ser tu segundo plato, Dani. Y estoy harta de que no me tengas en cuenta. De que hagas lo que te dé le gana sin tener en cuenta mis sentimientos y de que me haya vestido como la maldita Blake Lively para hacerte el gusto y que me dejaras tirada.- le empujo y entro en mi camerino. Tiro la puerta que se cierra de un portazo y a los pocos segundos oigo la otra puerta cerrarse también de un portazo. Intento calmarme para que el resto de la gente no nos note nada, pero a la hora de la comida todos se dan cuenta de que a Dani le pasa algo. Yo me hago la loca y como rápido, para no tener movidas y el resto del tiempo lo paso encerrada en mi camerino. Hacemos el programa y Cris está la mar de feliz. ¿No se supone que estaba súper triste? En publi, Juange habla conmigo para ver si nos vamos juntos a Barcelona. Madre mía, es viernes y yo no me había dado ni cuenta. Con todas las mierdas que pasaron ayer y las cosas buenas que pasaron en la semana se me ha pasado volando. Le digo que ni me acordaba y que sí, que me espere a la salida. Dani está atento a toda la conversación, y noto que se tensa cuando digo que me voy. Si estuviéramos bien no me iría, claro, pero con lo enfadada que estoy, lo mejor es que pase el fin de semana en Mollet. Cuando termina el programa voy corriendo a mi camerino a cambiarme y coger algunas cosas que tengo ya que no me da tiempo de pasar por casa. Cuando estoy guardándolo todo en el bolso, tocan en la puerta y se abre.

- ¿Te vas a Barcelona?

- Sí.- digo sin mirarle. No hace falta que le mire para saber quién es. Tan sólo su olor se me mete por la nariz y hace que me sienta un poco mareada, recordando cosas que no debería.

- ¿No vas a hablar conmigo antes de irte?- dice dolido.

- No tenemos nada de qué hablar, Daniel. Ya está todo dicho.

- No está todo dicho.

- ¿Vas a decirme 50000 veces más que lo sientes? Ya me ha quedado claro.- digo levantándome y mirándole por fin. Tiene una mirada dolida y yo siento que le puedo perdonar cualquier cosa. Pero esta vez no. Se pasó tres pueblos y no lo puedo perdonar porque ponga cara de corderito degollado.

- Es que no sé qué más decirte para que me perdones.

- Pues quizás ese sea el problema, que te piensas que con un perdón se arregla todo. Pero con un perdón no arreglas que me pasara toda la tarde currándomelo para pasar una noche genial y que me dejaras tirada. Ya nos vemos cuando vuelva.- digo pasando a su lado para salir de mi camerino. Pero cuando paso por su lado me agarra de la mano.

- Anna…- dice y me mira a los ojos. Yo también le miro y me encantaría rodearle con mis brazos y besarle. Pero respiro hondo y me suelto.

- Juange me está esperando.- digo y sigo caminando hacia la salida. Mientras esperamos el AVE me compro la cuore, para matar el tiempo. Sale Cris, con el chico ese con el que cortó. En ese momento me da rabia todo. Ayer no le importó que lo pudieran pillar con Cris de copas, pero conmigo no puede ir ni a tomar un vaso de agua. El sábado me levanto con un malestar en el cuerpo, como si algo malo fuera a pasar. Y lo primero que hago es mirar mi móvil. Tengo cuatro llamadas de Dani y un mensaje: “Esperaba que hoy estuvieras menos cabreada y me contestaras. Por favor, si se te pasa el enfado llámame, que necesito hablar contigo.”. Decido contestarle, para que deje de llamarme “No se me ha pasado ningún enfado, todo lo contrario. He estado pensando en lo mucho que te la sopla que te fotografíen con Cris de copas mientras que a mí me tienes bien escondidita en casa.” Quizás me he pasado, pero en el fondo sé que tengo razón. Espero unos minutos pero no contesta. Guardo mi teléfono en el bolso y me voy. He decidido ir con unas amigas de compras por Barcelona. Voy a volverme loquísima y a gastar, que hace falta algo que me anime. Cuando paramos para comer, miro mi móvil y me veo la respuesta de Dani: “Sí que me importa que me hagan fotos con ella, pero el rumor ya está en el aire. Contigo no, y no quiero que se empiece a pensar que estamos juntos y que no podamos ni mirarnos en el programa. Pero si quieres vienes el lunes y le contamos todo a Flo. Así se acabara esta mierda de situación y tú te quedas contenta”. Encima de todo, se enfada. Pues claro que no quiero que todo el mundo sepa que estamos juntos, o que lo sospechen, porque Flo no quiere que tengamos nada. Pero tampoco creo que nos vaya a matar si se entera. Le contesto con otro mensaje: “No te me pongas chulo. Yo tampoco quiero que Flo se enfade, pero eso no tiene nada que ver con el hecho de que me dejaras tirada, y de que ni siquiera me llamaras.” Me contesta al momento: “vale, en eso tienes razón. Ya te expliqué que no me di cuenta del tiempo. Tienes razón para estar cabreada. Cuando quieras perdonarme, te escucho.” Pues puede ir esperando. Sigo con mi tarde de compras y cuando acabamos, las chicas dicen de ir a tomarnos algo y luego de fiesta. Me lo pienso, porque no tengo muchas ganas, y además, no sé si a Dani le gustará que salga mientras que a mí me molesta que él lo haga cuando yo no estoy. Les digo que les contesto más tarde y voy a casa a ducharme. Cuando salgo pienso en llamarle pero sin querer toco la tecla de twitter, que se abre. Lo voy a cerrar pero veo un twitt de Cris: “Esta noche de fiestaca arriba con amigos” y veo que puso a Dani, que a su vez le contestó que fiestaca arriba. Me quedo como una boba mirando el móvil y llamo a mis amigas para salir. Que le den al imbécil este y que le aproveche su noche de fiesta con Pedroche. Me pongo un minivestido rojo con taconazos negros y mi pelo suelto y rizado. Me vienen a buscar y nos vamos a una discoteca. Estamos bailando cuando alguien me rodea por la cintura. Me doy la vuelta y me encuentro con Miki. Hacía tanto tiempo que no le veía. Le sonrío y le doy dos besos.

- Cuánto tiempo sin verte.

- Sí, demasiado.- contesto yo.

- ¿Cómo te va?

- Pues bastante bien. No nos va nada mal.

- Eso he leído. Me alegro mucho por ti.- dice sonriendo.

- Gracias. ¿Y tú qué tal?

- Bien también, no me puedo quejar.- y seguimos hablando de cosas que no parecen importantes, pero como si no quisiéramos que la conversación terminara. Nos hacemos un par de fotos con mis amigas y finalmente se va. Le digo que otro día le llamaré para ir a tomarnos un café. Ya veremos en qué queda eso. A las 5 de la mañana llego a casa y me tumbo en la cama. Cuando me despierto son las 4 de la tarde y tengo una resaca que no puedo con ella. Me ducho y me preparo para ir al puente aéreo para volver a Madrid. En el camino, miro mi teléfono, olvidado en mi bolso desde ayer por la noche. Tengo una llamada de Dani. Sin mensaje. Me meto en twitter y veo que mis amigas subieron la foto que me hicieron con Miki. No salimos mal, aunque no tiene nada que hacer con mi Daniel. Cotilleo en el twitter de Cris y en el suyo a ver si encuentro algo de anoche, pero no sale en ninguna de las fotos. Cuando llego a casa, pongo una lavadora y me marcho a comprar comida, que tengo la nevera vacía. Cuando vuelvo, me veo un coche blanco demasiado familiar aparcado justo enfrente de mi portal, y a un chico más familiar todavía esperándome en la puerta. Cuando oye pasos se gira y me ve. Me ayuda con las bolsas sin decir nada. Yo tampoco digo nada y subimos a mi casa. No se me ha pasado el enfado, pero ya que ha venido aquí, al menos le escucharé lo que tenga que decir. La verdad es que no tiene cara de demasiada resaca….

- ¿Lo pasaste bien anoche?

- ¿Qué quieres decir?

- Que vi las fotos en twitter, de ti y de Miki.- dice mirándome dolido. Respiro hondo porque puedo entender su enfado, ya que yo me hubiera puesto de la misma manera.

- Solo es una foto. Nos lo encontramos y hablamos, punto.

- Ya, punto. O sea, que estás enfadada conmigo y no se te ocurre otra cosa que salir de fiesta, ¿no?

- Tú también lo hiciste, no veo por qué yo no podía.

- Yo no fui a ningún sitio. Me quedé en casa llamándote como un imbécil mientras tú estabas por ahí con tu ex.

- Así que ahora sabes lo que se siente.

- ¿Lo hiciste por eso?- dice casi gritando.

- No. Lo hice porque me dio la gana. Porque me apetecía salir con mis amigas para que me dieran un poco de alegría, que parecía una imbécil llorando por las esquinas por ti. Y me encontré a Miki en la discoteca, hablamos cordialmente y nos sacamos una foto. No deje a nadie tirado para estar allí, ni me besó él a pesar de que yo no quería ni nada por el estilo. Así que puedes estar tranquilo.

- ¿Por qué pensaste que había salido?- dice prefiriendo no responderme.

- Porque siempre sales, ¿no?

- No, siempre no. Ayer no salí, a pesar de que Cris puso en twitter que sí. Así que no fue tanto porque te dio la gana, sino para dar por culo.

- No, no fue para dar por culo. Sino saliste tú fue porque no te dio la gana. Sales incluso cuando hemos quedado, no sé por qué no saliste ayer.

- Pues sí, fue porque no quise. Y me alegro de que no pasara nada con ese Miki. Me alegro de que fueras lo bastante madura de no hacer una idiotez.

- Toda la madurez que te falta a ti la tengo yo de sobra.- le digo cruzándome de brazos. – ya nos veremos mañana, no tengo más ganas de discutir contigo.

- No, no me voy a ir hasta que no arreglemos las cosas.

- No hay nada que arreglar.

- Anna, por favor. De verdad que siento mucho haberte dejado tirada el jueves. Cuando vi que habías comprado la comida y te habías hecho el peinado y tenías el vestido que tanto me gusta, no pude sentirme peor. No tendría que haberme ido de copas, tienes toda la razón. Pero ya no puedo hacer nada para arreglar eso. No sé cómo pero al final Cris siempre me lía para salir por ahí.

- Pues quizás sea Cris con la que tengas que estar.- digo bajando la mirada.

- No, porque yo quiero estar contigo. Sólo contigo. No quiero a nadie más.

4 comentarios:

  1. k guaaaaay!! es anna es muy tercaa eee??
    me encantaaa, sobre todo la frase finaal!! siguienteee!!

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  2. Ooooiiisss! me encanta ese final! Y ole Annita en todo el caap! ^^ se sale! ;) jajaja Mujeres al poder!
    Pero ya stá, ya se la devolvio, ahora a arreglarseee! q lo mejor de las peleas son las reconciliaciones!
    PEDAZO DE CAP! te superas! y mira q dejas el liston alto con cada cap ehh??
    PD: SI, lo has adivinado, deseando el siguiente estoy!! Así q ya sabeees! a scribiiiiiiiiir! ^^

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  3. Que bonico Dani! Y Anna tiene razon pero ya podria aflojar un poco la cosa..
    Genial el caap, me encanta!

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  4. Así se habla Anna!!!! Y que no le perdone todavía, eh!! Dani se lo tiene que currar más, que rabia de Cristina enserio, me cae fatal ajajajaj

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