Capítulo 35: Antes de que cuente diez.

- No, no he pensado nada.- digo intentando comerme mis celos. No quiero acabar como siempre, enfadada con él y menos ahora. Menos después de ayer, después de la mejor noche de mi vida.

- Pos yo he pensado que podría ser la noche neoyorquina.

- Para eso lo hacemos en tu casa, que tienes ese cuadro en tu habitación de la foto de Nueva York y tu serie favorita, Sexo en Nueva York. Aunque voy a sentirme extraña viendo una serie de chicas contigo.

- No es una serie de chicas, es una serie que puede gustarle a todo el mundo.

- No entiendo esa parte tan… “femenina” tuya, pero podemos empatar viendo Gossip Girl, que tienes la primera temporada.- digo riéndome. Me da un empujón suave y se separa de mí.- no te enfades, estaba bromeando.

- Ya, claro. Pues voy a pedirte algo, que vengas vestida como aquel día que te parecías tanto a Blake Lively.- dice suspirando.

- Pues la llevas clara. Para hacerme el peinado que me hicieron y todo.

- Pues disimula y diles que te lo hagan igual que ese día.

- Pides tú demasiado, yo creo. Además, dependerá de lo que tardes con Cris.- digo sin querer que olvidemos el temita.

- No creo que tardemos demasiado. Además, tampoco me va a contar su vida, digo yo. Pero me ha pedido hablar luego y no he podido decirle que no. Somos amigos y querrá desahogarse.

- Claro, claro. Pues nada, desde que acabes me avisas y voy para tu casa.

- Perfecto.- de perfecto nada, pero me callo, porque no quiero adelantarme a nada. Le hago caso y les digo que me peinen como aquél día. Cuando me ve por los pasillos casi se tropieza y yo simplemente le sonrío. No está yendo mal la cosa. Pienso en la ropa que me puedo poner, y decido llevarme el vestido de cuero que llevé al hormiguero, que sé que le gustó mucho. Como quedamos en su casa, pienso en llevar yo la comida, y la comida más americana que hay son las hamburguesas con patatas fritas. Así que tengo que pasarme por Mc Donald antes de ir a casa de Dani. Lo planeo todo y cuando acaba el programa y voy hacia mi camerino veo a Cris y a Dani irse juntos. Ellos no me ven, porque van delante de mí, pero ella le tiene agarrado por detrás. Me trago las ganas de apartarle el brazo de mi Daniel y entro en mi camerino, me lo llevo todo a casa y me preparo. Me pienso el ir con ese pedazo de vestido al Mc Donald llamando la atención, así que me pongo un abrigo encima y compro la comida. Cojo un taxi y me voy hacia su casa a las 9. Antes de cogerlo pienso en llamarle, por si todavía no ha llegado. Pero desde las 5 y media que se fueron, creo yo que habrán terminado. Cuando llego, pago el taxi y me acerco al portal. Llamo a su casa pero no contesta nadie. Miro alrededor buscando su coche y no lo veo. No me puedo creer que no haya llegado. Dejo las bolsas en el suelo y busco mi móvil en mi bolso, por si me ha llamado y yo ni me he enterado. Ninguna llamada perdida, ningún mensaje. Nada. Vuelvo a llamar a su casa. Pero sigue sin haber respuesta. Una señora sale del portal y me deja la puerta abierta para que pase. Me lo pienso y decido entrar, para no pasar frío fuera y poder sentarme aunque sea en las escaleras. Me siento cabreada y le llamo. “El teléfono móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura”. Y allí me quedo, hasta las 11 de la noche que miro el reloj, esperando por un imbécil que ni se digna a llamarme. Mi móvil está casi sin batería de las veces que he intentado hablar con él sin respuesta. Empiezo a ponerme el abrigo cuando se abre la puerta y aparece. No me ve, ya que está mirando al suelo, y se le ve que no lleva un paso demasiado firme.

- Qué bonito. Tarde y borracho.- digo mientras me levanto. Se sobresalta del susto y me mira.

- Joder, Annita que susto. ¿Qué haces aquí?

- Esperarte como una imbécil.-digo agachándome para coger la comida y mi bolso. Paso por su lado le empotro la comida en el estómago, él instintivamente sube los brazos, y abro la puerta. No me da tiempo a dar un paso fuera cuando me agarra del brazo.

- Joder, se me pasó totalmente el tiempo, ¿vale? Me acabo de dar cuenta de que habíamos quedado y de lo tarde que es.

- Ya. Llevo desde las 9 aquí tirada llamando a tu móvil que está apagado o fuera de cobertura, aunque por cómo te veo, me supongo que fuera de cobertura porque estarías de copas.

- Se nos fue un poco de las manos, lo siento. Tenía que haberte llamado pero…

- Ni te acordaste de mí. Pues que te aproveche la cena, pero yo me voy a casa.- digo dándome la vuelta. Me agarra fuerte del brazo y yo intento separarme.- me estás haciendo daño.- le digo y afloja su mano, aprovecho para soltarme y salgo por la puerta. Camino un poco y por suerte llega un taxi para dejar a alguien. Cuando la persona se baja me subo y me voy a mi casa. Me quito el abrigo y el vestido y lo tiro al suelo cabreada. Me meto en la ducha y me quito el peinado que me hice para él, porque le encantaba, y me siento como una estúpida. Mientras me lavo el pelo empiezo a llorar y hasta que me acuesto en el sofá a hacer zapping no puedo parar. De repente oigo mi móvil. Lo cojo y veo 15 llamadas perdidas de Dani. Lo apago y me vuelvo a acostar. Cuando me despierto es ya por la mañana y el sol no me deja abrir bien los ojos. La tele sigue encendida y yo estoy molida por dormir en el sofá. Me estiro y me levanto. Enciendo el móvil para ponerlo a cargar y me avisa que recibí 20 llamadas más y un mensaje. “Lo siento mucho, Anna. De verdad que me pasó el tiempo, estábamos hablando y me dijo de ir a tomarnos una copa, y una llevó a otra y así ni me di cuenta del tiempo. Perdóname, y contesta al teléfono, por favor.” Borro el mensaje y me doy una ducha y desayuno. Voy hacia el programa rezando para no encontrármelo, pero está haciendo guardia en mi camerino…