Capítulo 33: Me gustas tanto.

Tiro el gorro al sofá y voy a mi habitación para cambiarme de ropa enfadada. Cuando voy a cerrar la puerta me agarra del brazo y me da la vuelta, todavía riéndose el muy cabrón.

- Venga, Annita, no te enfades. De verdad que no pensé que te lo fueras a tomar tan en serio. Si lo llego a saber me hubiera puesto algo. Aunque seguro que no estaría tan sexy como tú.- yo no le miro sino que estoy con los brazos cruzados mirando cabreada hacia algún punto de mi casa. Me coge la cara con las manos para obligarme a mirarle.- te he traído un regalo. Y si no cambias esa cara, no te lo pienso dar.

- Todo es culpa tuya.- digo mirándole cabreada.

- Oye, que al menos podrías haberte vestido de Pamela Anderson que fue lo que te dije en realidad.- dice riéndose. Le vuelvo a mirar cabreada y me doy la vuelta. Me abraza por detrás y me da un beso en el cuello.- venga, ya, paro de meterme contigo. Estás preciosa con cualquier cosa que te pongas, cuqui. Venga, ven. Voy a darte el regalo que te he comprado. Además, me recordó a ti vestida así, en el programa.

- No sé de qué estás hablando.- digo poniendo morritos.

- Ven.- tira de mí hacia la cocina dónde dejo las cosas. Me tapa los ojos antes de entrar y se separa de mí. – no abras los ojos hasta que yo no te diga.

- Venga, Dani. Mira que ya estoy enfadada.

- Te va a gustar.- dice mientras me coge mi mano y me pone algo que identifico como flores, por la forma que tiene.- puedes abrir los ojos.

Los abro y me encuentro un ramo de rosas rojas, con dos rosas de ésas que venden las chinas por las discotecas y bares que tienen lucecitas. No puedo evitar reírme.

- Oye que mi trabajo me ha costado encontrar a una china de las que venden esas mierdas.- dice poniendo cara de ofendido. Me río todavía más fuerte y miro hacia las rosas, que son de las buenas, con su papel de floristería y todo. No puedo evitar una maldad después de lo que se ha reído de mí.

- Y, ¿no te ha dado miedo que te pillen los de cuore comprando rosas?

- Muy graciosita. Todo el mundo sabe que me las llevo de calle, es normal que compre rosas.- dice poniendo cara de creído.

- Qué imbécil eres.- digo mientras me doy la vuelta para poner las rosas en un jarrón.

- ¿No me vas a agradecer el regalo tan cuqui que te he hecho?

- Muchas gracias, me encanta.- digo sonriendo.

- ¿Y ya está? Ese ramo se merece más que un “muchas gracias”.- dice imitándome. Lo miro y me acerco. Paso mis brazos alrededor de su cuello y le doy un pico. Pero cuando voy a separarme, Dani me abraza más fuerte y abre un poquito más mi boca para poder darme un beso con lengua. En realidad era el beso que yo quería darle, pero para joder le quise dar sólo un pico.

- Este beso si es un gracias, Annita.- dice cuando ya nos separamos. Me río y pongo las rosas en agua, quitando las rosas de luces. Dani mira toda mi casa totalmente “asiática”.- te lo has currado, ¿eh? Hasta música de esa mística.

- Hombre, es que en eso habíamos quedado. Parece que la única que se acuerda del plan soy yo.

- Yo pensé que con la comida china y las rosas bastaba, pero viéndote así vestida y viendo tu casa, tengo que decir que chapó por ti.- dice imitándome.- toma, ponte el sombrero que estabas muy cuqui con él.- dice poniéndomelo. Yo todavía sigo reacia pero como no me molesta me lo dejo.

Nos sentamos en la mesa y comemos riéndonos y charlando. La comida está muy buena y Dani trajo de todo. Cuando acabamos me echo hacia atrás en la silla.

- Pffff, estoy llenísima.

- Estaba bueno, ¿eh? Fui al mejor restaurante chino de Madrid.

- Ya será para menos.- digo riéndome. Me tira una servilleta haciéndose el molesto y yo me río más fuerte.

- ¿Vas a seguir riéndote de mí?

- Tú ya te has reído lo suficiente de mí. Menuda fiesta no te has pegado cuando llegaste.

- Es que te he visto como en aquel programa tan cuqui ofreciéndome una rosa. No he podido parar de reírme.

- Esa era la idea.- digo riéndome también. Me levanto para recoger los platos, pero cuando me acerco a su lado para coger el suyo me agarra de la mano y me sienta encima de sus piernas. Me abraza muy fuerte y entierra su cara en mi cuello. Aspira fuerte y me hace cosquillas en el cuello.

Me encanta como hueles. Gracias por habértelo currado tanto.- y me da un beso en el cuello. Yo también le abrazo muy fuerte y nos quedamos así, iluminados solamente por las velas que poco a poco van apagándose.