viernes, 30 de diciembre de 2011

Capítulo 49: Amor libre.

- ¿No vamos a hacer turismo rural?

- ¿Qué dices? Hemos venido a estar el uno con el otro, no a caminar y caminar.

- Anda que no eres poco listo tú ni nada. O sea, que tú pretendes que hagamos lo mismo que en mi casa o en la tuya, pero un hotel, para cambiar de aires.

- Claro.- dice sonriendo.

- Eres tonto.

- Oye, no hay nada mejor que hacer.

- No, si yo sé que para ti, si estamos todo el día en posición horizontal mejor.

- Es la mejor manera de vivir, Annita.- dice acercándose a mí y besándome. Yo le respondo, porque también me encanta estar con él, besarle, hacer el amor… Cualquier cosa que nos incluya a los dos. Me pierdo en el beso y él, rápidamente, me empieza a quitar la ropa. Pero cuando me quita el jersey un escalofrío me recorre todo el cuerpo.

- Hace mucho frío.- digo abrazándome fuerte a él.

- Espera que enciendo la calefacción.- dice buscando qué botón apretar.- aunque yo ya desprendo suficiente fuego como para que te quemes, muñeca.- dice guiñándome un ojo.

- Ya lo noto, ya.- digo riéndome. Mientras calienta la habitación, le abrazo por detrás y meto mis manos debajo de su jersey.

- ¡Estás helada!- dice separando mis manos.

- Tú estás calentito.- digo riéndome.

- Joder, todo el calentón me lo has quitado con esas manos heladas.

- No te preocupes, que ahora te vuelvo a calentar.- digo acercando mi cara a la suya y dándole un beso. A él en seguida se le olvida lo frías que estaban mis manos y no se queja cuando, después de quitarle el jersey por la cabeza, las poso en su pecho desnudo. Así, mientras la habitación se va caldeando, nosotros también lo hacemos. Caemos en la cama entre risas, encima de la ropa que nos hemos quitado y rodamos dándonos besos por allí y por allá. Pero cuando la temperatura está demasiado alta, Dani nos da una última vuelta y se queda encima de mí. Mirándome a los ojos mientras hacemos el amor, de una manera que me emociona y me hace pensar que es lo único que necesito en la vida: tener así, sentirle así de cerca, y sentir esta felicidad que solo él puede darme.

Se tumba a mi lado cansado y yo le miro feliz. Tiene los ojos cerrados, pero su cara está muy cerquita de mí. Paso mi mano por su cara, y él en seguida abre los ojos y me mira. Sonríe, con esa sonrisa suya que me mata por dentro, y yo le devuelvo la sonrisa.

- Te quiero.- me dice.

- Yo también te quiero.- le contesto. Cuando voy a besarle, oímos unos golpes en la puerta.

- Mierda.- dice Dani. Se levanta corriendo y empieza a vestirse.- ¡Voy!- yo me levanto también corriendo y me visto. Como el acaba antes, me dice que me encierre en el baño. Ahí voy, y aprovecho para mirarlo, porque con tanta prisa ni lo habíamos visto. Oigo la voz de una chica fuera, la misma que nos acompañó a la habitación. Oigo a Dani y oigo cerrarse la puerta. Me doy cuenta de que tenemos jacuzzi. Anda que no se va a poner este contento cuando se entere. Abro la puerta y asomo la cabeza.

- ¿Puedo salir ya?

- Sí, nos han traído la cena.

- Bien, porque tengo hambre.- digo sonriendo.

- ¿Te gustó el baño?

- Sí. Tiene jacuzzi.

- ¿No? ¿En serio?- dice emocionado como un niño pequeño y corre a verlo. Yo miro que nos han traído en el carrito, y veo chuletas con patatas fritas (que conste que iba a poner papas pero la mayoría, por no decir todas, las que me leéis sois de la península jajajajajajaja), otra botella de champán, fruta, y natillas. Lo cojo todo y lo pongo en una mesita que tenemos al lado de la cama. Dani sale del baño y me ayuda.

- Qué pinta tiene todo, ¿no?

- Sí. Además tengo hambre.- repito.

- Pues venga, vamos a comer.- dice abriendo la botella de champán.

Empezamos a comer y de repente interrumpe nuestra conversación el sonido de un teléfono…

martes, 27 de diciembre de 2011

Capítulo 48: Escondidos

- Voy a llevar a Anna a la estación. Para que no tenga que pagar taxi ni nada de eso.- dice Dani riéndose.

- ¿Te vas a Mollet?- me pregunta Cristina.

- Sí. Como siempre.- digo sonriendo. Lo siento, pero no soy nada buena disimulando. Y menos cuando se pueden enterar fácilmente de que no fui a Mollet.

- Pensé que te ibas con Juange siempre.

- Yo esta vez me quedo en Madrid.- dice Juange que aparece de repente.- tengo unas movidas que arreglar, así que tendrás que ir solita.

- Te echaré de menos.- digo sonriendo. Bueno, al menos de esa me he salvado. Cris sonríe y se despide. No es por nada, pero la chica aparece en todos los momentos. Dani me mira como si supiera lo que estoy pensando, y yo le lanzo una mirada inocente. Nos despedimos de Juange y nos vamos.

- No me gusta nada tener que mentir. Además, es una mentira que es muy fácil de pillar.

- ¿Por qué?

- Pues porque cualquiera puede saber que no me fui a Mollet.

- No creo que a nadie le interese eso.

- ¡Oye!- digo dándole un golpe en el brazo.

- Es verdad.- dice riéndose.

- No es verdad. Tendría que haber dicho que me iba a otro sitio.

- Ya, y te llevo yo, ¿no?

- Sí. Eres muy buena persona cuando quieres.

- Eso sí que es una mentira fácil de pillar. Además, no es nada nuevo que te vayas a Mollet. Nadie va a investigar si es verdad o no. Y, por suerte para ti, Juange no se va a Barcelona este fin de semana. Él era el que podía darse más cuenta.

- Ya. Después de que lo dijera me he sentido un poco mejor.- digo mirando por la ventanilla. Dani apoya una mano suya en mi muslo.

- Ya te he dicho que lo contemos. Así nos dejamos de tonterías y de mentir.

- Ya lo sé. Pero me da miedo.

- ¿Por qué?

- Por Flo. No sé si le sentará bien. Además, tampoco me gustaría que Cris se enterase. No creo que se lo tomara nada bien.

- Da igual cómo se lo tome. Lo tiene que aceptar, y punto. Y si no le gusta, peor para ella.

- Ya te dije que se lo va a tomar como algo personal. Hemos hablado de tu “novia” ficticia, y yo he hecho como que no sé quién es. No le va a gustar que esa “novia” sea yo.

- Es normal que le hayas mentido si lo manteníamos en secreto. Si quieres, se lo cuento yo.

- No. No sé si quiero que lo contemos.

- No podemos escondernos toda la vida, Anna.

- Ya lo sé.

- Cuanto antes lo digamos, mejor se lo tomarán. No creo que les haga gracia saber que llevamos mucho tiempo juntos sin contárselo a nadie.

- Ya lo sé.- repito, porque no sé qué más decir.

- Yo entiendo que quisieras esperar para ver cómo nos iban las cosas, pero yo creo que estamos por un buen camino, ¿no?

- Sí.

- Estamos bien, sabemos que esto va para largo. ¿Por qué no contarlo? No creo que Flo nos diga nada. Yo creo que se alegrará.

- Está bien… cuando volvamos de este viajecito lo decimos. Primero a Flo, y ya a los demás, pues poco a poco.

- Hecho.- dice guiñándome un ojo.

- Pero mientras tanto, seguimos escondidos, que tiene su cosilla.

- Te voy a dar yo a ti cosilla.- dice inclinándose para darme un beso mientras nos paramos en un semáforo. Cuando llegamos al hotel rural hace un frío horrible y Dani me abraza para que entre un poco en calor. Entramos en el hotel. Yo me quedo maravillada mirando a mi alrededor. Es precioso.

- Abuela, estás en tu salsa.- me dice Dani.

- Cállate, imbécil.- digo sonriendo. Nos llevan a nuestra habitación. El hotel es como una casa enorme, rústica pero muy bien cuidada. Además, todo parece muy romántico. Nos han puesto pétalos de rosas en la cama, además de champán y dos copas.

- Te lo has currado, ¿eh?

- Hombre, claro. Para una vez que nos hacemos un viajecito…

- Me va a encantar pasar estos días aquí contigo.- digo rodeándole el cuello con mis brazos y dándole un beso. Me responde en seguida, pero al momento se separa.

- Sabes que no vamos a salir de la habitación, ¿verdad?...

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Capítulo 47: Aquí estoy yo

Dani me mira con cara angustiada y se gira hacia Raúl.

- Hola, ¿qué tal?

- Hola tío. ¿Vienes ahora a la mini fiesta? Si ya hemos acabado.

- Es que Anna me había comentado algo pero pensé que era en su casa.

- No, fue en casa de Juange, que no estás a lo que estás.- digo sonriendo.

- Pues si quieres vente, que Annita se iba para casa ya.

- No, si ya habéis acabado, me voy a casa.

- No seas tonto. Vamos y nos tomamos algo.

- Bueno, vale. ¿Vienes, Anna?

- No, ella ya se iba a casa.- dice Raúl. Vale, si digo que sí, se van a extrañar, pero Dani me está pidiendo con la mirada que vaya.

- Bueno, total, una más y ya me voy a la cama.

- Pues venga, vámonos a casa de Juange.- Raúl se adelanta y Dani me mira, yo le acaricio la espalda tranquilizándole y entramos en casa de Juange. Estamos ahí bastante rato, y cuando digo que me voy, Dani también se levanta. Pero Raúl también lo hace, y le dice a Dani que lo acompaña, que él también tiene su coche aparcado cerca. Así que nos fastidian nuestra noche. Me despido de todos y de Dani, al que le doy un abrazo y le digo al oído que me llame luego. Cuando ya estoy acostada en la cama me llama.

- Lo siento. Se torció todo.

- Y menos mal que supimos disimular.

- No, mejor di menos mal que no habías llegado a mi puerta.

- Madre mía que tensión.

- Bueno, lo peor es que te has tenido que ir a casa.

- Ya. Raúl es un tío genial pero me estaba turrando ya.

- Pobre. Si supiera lo que estaba pasando en realidad.- digo riéndome.

- Pues mañana será mejor que vengamos a mi casa. Prepara la ropa y según salgamos del programa, vamos a mi casa.

- Mañana es viernes, y creo que me voy a Mollet.

- ¿Qué? Joder, que rápido pasa el tiempo. No te vayas, podemos pasar el fin de semana juntos.

- Pero necesito cambiar de aires que no sean tu piso y el mío.

- Ya… bueno, déjame de aquí a mañana para preparar algo y ya si no se puede, te vas a Mollet.

- Vale. Pero mira a ver lo que vas a preparar.

- Que sí, no te preocupes.

- Miedo me das.

- Tranquila. Será algo bueno. A ver si sale bien. Mañana ya te comentaré los detalles.

- Entonces, ¿preparo la maleta o no?

- Sí, tú prepárala. Que si no es para Mollet, es para otro sitio.

- Vale. Pues la haré y la llevo mañana al programa.

- Perfecto. Buenas noches, cuqui.

- Buenas noches.- digo sonriendo. Cuando cuelgo me quedo mirando al techo. Me encantaría que estuviera aquí conmigo, en vez de en su casa. Y me doy cuenta de que se me ha hecho impensable estar sin él. Algo que me gusta y me preocupa a la vez. Pensando en todo eso me quedo dormida, y el despertador me despierta a la mañana siguiente. Me levanto rápido, me ducho y desayuno. Luego me pongo a hacer la maleta. Si me voy a Mollet, llevo menos cosas. Pero si me voy con Dani, tendré que meter maquillaje y toda la movida. Tardo más de lo que pensaba y llego un pelín tarde. No me encuentro a Dani y Flo me llama para ensayar algunas partes del guión con él. Cuando por fin acabamos, me voy a mi camerino. Paso antes por el de Dani, pero no hay nadie. Me siento a repasar el guión y al rato salgo a la terraza. Tampoco está ahí. ¿Dónde se habrá metido? Iba a preguntarle a Flo. Pero hubiera quedado raro. Me quede allí pensando en mi cosa. Y de repente, alguien me tapa los ojos con sus manos. El olor es inconfundible.

- Me preguntaba dónde estarías.

- Estaba ocupado con tu sorpresa.- dice dándome un beso en la nuca.- toma, aquí está.- me tiende un sobre y lo abro. Es una copia de una reserva en una casa rural de Madrid.

- ¿Nos vamos de excursión?- digo emocionada.

- Tampoco te pases. No vamos a salir de la habitación.- dice riéndose.

- Me encanta la idea.

- ¿Más que irte a Mollet?

- Claro.- digo abrazándole. Nos besamos, pero se separa demasiado rápido para mi gusto.

- ¿Trajiste la maleta?

- Sí. La tengo en mi camerino.

- Bueno, si alguien nos ve, podemos decir que te llevo a la estación.

- Vale.

- Espero que no nos encontremos con nadie. Pensé en buscarla en otro sitio que no fuera Madrid. Pero esta me encantó.

- ¿A quién nos vamos a encontrar en una casa rural?

- Es verdad, ese sitio es de abuelas como tú.

- Qué imbécil eres.- digo riéndome. Nos interrumpen Flo y Berni y nos vamos con ellos a comer. Después del programa, Dani entra en mi camerino.

- Venga, Annita. El pasillo está despejado.

- Vámonos.- digo saltando contenta.

- Pareces una niña pequeña.- dice riéndose.

- Es que me hace ilusión. Me sé tu casa y la mía de memoria.- digo frunciendo el ceño. Me da un pico y salimos. Efectivamente, no hay nadie. Y mejor. Porque aunque teníamos excusa, me estoy cansando de mentir a mis compañeros y amigos. Pero no tenemos tanta suerte a la salida.

- Hola chicos. ¿A dónde vais con una maleta?