Capítulo 41: Cómo hablar

Me entra dolor de estómago y miro a Dani. A él también le ha cambiado la cara. Me acerco a la puerta y miro quién es. No me puedo sorprender más. Miro a Dani y le hago una seña para que se esconda en mi habitación. Sale pitando y abro la puerta.

- Hola, Anna. ¿Puedo pasar?

- Claro Cris.- digo sonriendo.

- Es que vine a casa de Juange con David y Moni y vine aquí porque quería hablar contigo…

- Claro.- parece que no sé decir otra cosa pero es que no sé ni qué decir.

- Es algo personal, espero que no te moleste lo que te voy a decir…

- Habla con tranquilidad, no te preocupes.

- Me encantaría que no acapararas toda la atención de Dani.- vale… ahora sí que me quedo sin palabras.

- ¿Perdón?

- Sí… es que estoy intentando que se fije en que existo, y todo lo que hace es hablar contigo y pulular a tu alrededor. Yo sé que tiene novia, no sé quién es… pero ya no habla de ella así que igual lo han dejado…

- No sabía que tenía novia.- digo disimulando.

- Pues sí. Pero ya no está con ella creo, porque cuando fuimos al concierto me dijo que él no era hombre de una sola chica, porque habían unas cuantas ligando con él, ya sabes.- dice riéndose.- y eso me dio a entender que no está con nadie. Así que, de verdad que de buena fe, te pido que me ayudes a que me haga un poco más de caso. Porque mira que lo intento, pero parece que soy invisible… y sé que no es que no le guste, porque está claro que sí.- dice riéndose.- pero no se anima a dar el paso.

- Bueno, yo no puedo hacer nada si viene a hablar conmigo, pero intentaré hablarle bien de ti.- digo sonriendo. Parece no gustarle eso último que digo, pero me sonríe y me da las gracias. Le suena el teléfono y cuando cuelga se levanta.

- Me tengo que ir, que me está esperando Moni. Muchas gracias por la conversación.- me da dos besos y se va. Yo me quedo mirando hacia la puerta cuando noto que se abre la de mi habitación.

- ¿Qué coño ha sido eso?

- Estoy tan sorprendida como tú.

- No he entendido… ¿cree que estamos juntos?

- No, cree que me das demasiada atención, o que le das poca a ella, depende de cómo lo mires.- digo acercándome a mi sofá y sentándome.

- Aún así, no tiene ningún derecho a decirte a ti nada.

- Solamente quería que la ayudara.

- ¿Ahora la defiendes?

- No, no la defiendo. Pero si no tuviéramos que estar escondiéndonos le quedaría claro que estamos juntos. Además, parece que piensa que ya no estás con nadie por lo que dijiste en el concierto…

- Eso es cosa de ella, yo no lo he dicho que esté soltero.

- Pues podrías hacerlo, porque ¿qué harás cuando te diga que se la presentes?

- ¿Y qué quieres que haga, Anna? No es que me encante la situación, pero le dije que tenía novia porque es verdad, y porque me tenías harto con tus celos con ella.

- Ahora será culpa mía. No es que estuviera celosa, es que aun estando conmigo te liaste con ella un día de fiesta.

- Y me lo tienes que echar siempre en cara.

- Pues sí, porque estoy harta de ella. Y estoy harta de no poder decir que estoy enamorada de ti, y que quiero estar contigo. Y me estoy agobiando porque parece que todas las mujeres del mundo están locas por ti y tú estás encantado.

- Oye, que yo no tengo la culpa de ser tan irresistible.

- A mí no me hace gracia.- digo levantándome y yendo hacia la cocina. Saco zumo de la nevera y me pongo en un vaso.

- Mira, yo no quiero nada con Cris, y no puedo hacer que yo deje de gustarle, así que no sé qué coño quieres que haga.

- No quiero que hagas nada, simplemente estoy harta de esta situación.

- Vaya, la que dijo que le iba a encantar esto de estar en secreto juntos, y mira qué rápido te has cansado.

- Es que soy estúpida.

- ¿Por qué?

- Porque sí, porque yo también tengo que salir por ahí, y divertirme, y decir que no soy mujer de un solo hombre mientras otros tíos en la discoteca ligan conmigo, porque soy irresistible…

- Nadie te impide hacerlo. No vamos a estar todo el día pegados.

- Exacto. Yo, simplemente, no puedo hacer otra cosa que pensar en ti todo el día, pero en realidad lo que tengo que hacer es ir a mi bola y cuando podamos vernos bien y cuando no también.

- Yo no pienso así. No voy a mi bola y cuando puedo te veo. Pero tampoco puede ser que no pueda salir con mis amigos porque las chicas quieran ligar conmigo.

- Pues eso estoy diciendo. Que yo también voy a empezar a hacer mis cosas, por mi cuenta.

- No sé por qué, pero eso que dices me parece algo malo.

- No tiene porque serlo. Yo no puedo hacer nada para que los chicos no estén enamorados de mí.- digo bebiéndome el zumo. Me siento como una niñata de quince años enfadándome porque este imbécil sea guapo, pero me ha jodido mucho que viniera Cris a pedirme que deje de estar con él, y sobre todo me ha molestado que él haya dicho que no es hombre de sola mujer.

- Anna, entiendo que te moleste lo que ha hecho Cris de venir y decirte que no estés tanto conmigo, pero yo no tengo nada que ver con eso.

- ¿Si salieras un día con tus amigos, y encontraras a alguna chica que te gustara, que te atrajera, aun estando conmigo te liarías con ella?- según sale mi pregunta de mi boca, deseo haberme callado. Él me mira y también se queda callado… espero que sea por la estupidez de la pregunta y no porque se lo esté pensando…