martes, 24 de enero de 2012

Capítulo 53: Dangerously in Love

- O podemos ir a dar otra vuelta.
- No, tú has dicho lo que debemos hacer. Yo obedezco.
- Es que les estábamos cortando el rollo a esa pareja.- digo intentando pararme, pero vamos cogidos de la mano y va tirando de mí con demasiada facilidad.
- Ellos nos estaban cortando el rollo a nosotros. Estábamos allí primero. Pero tu idea es mejor. En la habitación podemos hacer más cosas que en ese sofá.
- Pero yo no me refería a eso.- digo refunfuñando como una niña pequeña.
- ¿No quieres hacer nada conmigo?- dice parándose de repente en medio del pasillo. Esa reacción me deja atontada sin saber qué responder.
- Claro que sí.- digo pensando que se siente ofendido.
- Pues venga, al turrón.- dice sonriendo. Qué manipulador.
- Oye, pensé que estabas ofendido.
- Ya sé que no puedes resistirte a mí. No hace falta que lo digas.
- Eres… eres…- intento buscar la palabra apropiada mientras él busca la llave de la puerta en su bolsillo.
- Vale ya la tengo.- dice ignorándome. Entramos y cierra la puerta. No me da tiempo a pensar en ninguna palabra más ya que me besa, callándome y haciendo que me olvide de cualquier cosa que estuviera pensando. Me dejo llevar por sus labios que me besan, por sus manos que empiezan a buscar el cierre de mi sujetador sin siquiera quitarme antes la ropa. Yo le empiezo a quitar todas las prendas que puedo, y nos vamos acercando a la cama. Cae Dani primero, y yo encima, y seguimos besándonos y quitándonos la ropa que nos queda. Pero cuando Dani nos da la vuelta, suena un teléfono.
- ¿No lo habías apagado?
- Lo encendí esta mañana para llamar a Chuspi por unas movidas de una actuación y se me olvidó apagarlo. Pero pasa del ruidito y concéntrate.- dice besándome el cuello. Yo lo intento, de verdad, pero ese ruidito me pone nerviosa.
- Dani, o contestas o lo apagas. Pero me estoy poniendo de los nervios.
- Joder.- dice estirando el brazo y cogiendo el móvil que está en sus pantalones en el suelo. Lo apaga sin mirar quién ha llamado y se acerca a mí para besarme. Aunque me había despistado un poco, en seguida me pongo el temita y nos pasamos un largo rato haciendo el amor. Cuando acabamos, se me cierran los ojos y me quedo dormida. Olvidándome completamente de la llamada.
Me despierto encontrándome la habitación completamente a oscuras. Muy bien. Ahora despiertos toda la noche. Aunque eso es lo que pensaba hacer Dani de todas maneras. Giro mi cuello y veo a Dani pegado a mí. Con los ojos cerrados y la respiración relajada. Sonrío y le doy un piquito. Ni se inmuta. Me levanto estirándome y salgo de la cama. Me doy una ducha rápida con la puerta abierta, para que Dani empiece a oír ruidos y se levante. Mi estómago ruge y me doy cuenta de que no puedo tener más hambre. Salgo envuelta en un albornoz y me encuentro con que Dani sigue dormido. Miro el reloj y son las 9 y media.
- Dani.- digo mientras busco qué ponerme. Hace una especie de gruñido pero sigue durmiendo.
- Dani, son las 9 y media de la noche.
- ¿Y?
- Y que me estoy muriendo de hambre. Además, llevamos toda la tarde durmiendo.
- ¿Qué?- dice desorientado y abriendo los ojos. Me mira de arriba abajo.- ¿y por qué no me despertaste para que nos ducháramos juntos?
- Porque estabas tan cuqui así dormidito.- digo haciendo gestos de niña pequeña.
- Ya veo.- dice riendo y levantándose. Entra en el baño y yo mientras me visto. Nada especial, unos vaqueros, una camiseta azul, mi chaqueta de cuero y unas botas sin tacón. Cuando sale estoy empezando a secarme el pelo y a maquillarme. Él se viste, y yo le miro de reojo desde el espejo. Me pongo demasiado colorete cuando me despisto mirándole, él se da cuenta y sonríe mientras sigue vistiéndose. Disimulo e intento difuminarlo como puedo, hasta que queda un color más o menos natural.
- ¿Ya estás lista, cuqui? ¿O quieres que me quite la ropa para que puedas seguir apreciando mi belleza?
- Belleza, dice. No sabes de lo que hablas.
- ¿Ah, que ahora no me estabas mirando, no?
- ¿Yo? Estaba aquí, tan tranquila, maquillándome.
- Ya claro, por eso tenías el colorete tan subido que parecías Heidi.
- ¿Qué hablas tonto?
- Es que es superior a ti mi atractivo sexual.- dice poniendo cara de chulo.
- Qué tonto eres.- digo levantándome.
- Pero me quieres, ¿no?
- Claro.- digo sonriendo y dándole un beso. Salimos de la habitación y nos dirigimos hacia el comedor. No hay mucha gente y nos sentamos en una mesa que está un poco alejada.
- ¿Qué quieres comer?- me pregunta Dani.
- No lo sé. Solo sé que me muero de hambre.- pedimos sopa de primero, calamares de segundo y una tarta de chocolate. Nos quedamos un rato allí, hablando, tranquilos, cuando el maldito ruido nos vuelve a interrumpir…

miércoles, 18 de enero de 2012

Capítulo 52: Moriría por vos

- Ay, Martínez… si eso fuera tan fácil contigo.
- Oye, es fácil. Simplemente tendrás que aceptar en algún momento que mi amor se puede compartir.- dice riéndose. Yo le pego en el brazo, y se ríe más.- era broma. Yo creo que hasta ahora me he portado bastante bien.
- Bueno, bueno. Alguna cosilla has hecho.
- Vaale, pero lo he arreglado. O al menos lo estoy intentando.
- Eso sí es verdad.- digo sonriéndole. Llegamos a la cafetería, aparca y nos bajamos. No hay mucha gente y nos sentamos en una mesa al lado de una ventana enorme. Pedimos y esperamos.
- Qué bonito el paisaje que se ve desde aquí.
- Sí, precioso. Aunque con menos ropa estaría más bonito.- le miro frunciendo el entrecejo y me doy cuenta de que “el paisaje” soy yo. Me sonrojo como una tonta y le sonrío. Qué cuqui ♥.
- Me refería al paisaje de fuera.
- Yo al de dentro.- dice y en ese momento llega la camarera con lo que habíamos pedido.
- Estás demasiado romántico y cuqui.- digo cuando ya nos han dejado solos.
- ¿A qué te refieres?
- Pues a que no haces sino adularme y decirme cosas bonitas.
- Es que soy un encanto.- dice sonriendo.
- Ya. Pero no siempre eres un encanto. De hecho, eres más veces tonto e imbécil que un encanto.
- Es que estamos en sitio bonito, los dos solos, tranquilos, románticos, queriéndonos… es para estar así, ¿no?
- Sí. Si yo no me quejo. Me encantas cuando eres cuqui.
- Lo sé.- dice sonriendo. Terminamos de desayunar y dice Dani que demos una vueltecita antes de volver al hotel.
- Pensé que no querías caminar…
- No, pero tú sí. Y así te tengo contenta.- dice mientras alarga su mano para entrelazarla con la mía. Caminamos así un ratito y yo respiro feliz. Es una delicia poder caminar de las manos como dos personas enamoradas y normales, que no tienen que esconderse de fotógrafos ni de nada. Y pienso en lo que me ha dicho Dani. En lo de contarlo. Podríamos hablar con Flo. Y luego con el resto del equipo. Cris la última, si puede ser. Sé que se va a enfadar. Pero quiero que la gente sepa que estoy enamorada, porque estar enamorada no puede hacer daño a nadie. Y aunque la gente se vaya a volver loca, se calmarán y así, igual, nos dejan de seguir los fotógrafos. O de seguir a Dani, porque, ahora que lo pienso, conmigo no hay ningún problema.
- ¿En qué piensas?
- En que la cuore no me saca nunca.
- ¿Qué?- dice riéndose.
- Sí, en que no les interesa mi vida. Y eso no me hace sentir bien.
- ¿Preferirías que te siguieran?
- No, pero me parece fatal que no les interese mi vida.
- Es que llevas una vida de abuela.
- Oye, eso no es verdad. Ahora sí, por las circunstancias. Pero yo puedo ser la más marchosa de todas.
- Ya, claro.- dice riéndose.
- ¿Ah, no?
- No digo que no, cari, solo digo que no serías capaz de aguantar el ritmo que llevamos los que sí sabemos vivir la vida.
- Qué poco sabes. El próximo fin de semana salimos de fiesta. A ver quién aguanta más.
- Ya sabes que voy a ser yo.
- Ya lo veremos.- digo sonriendo. Tengo que ser la que más aguante como sea.
- Miedo me das.
- También he pensado en lo que me dijiste.
- Te digo tantas cosas.
- En lo de contárselo a Flo.- se para y me mira.
- ¿Vamos a contarlo?
- No sé. Me encanta estar así, paseando, de la mano. Me encantaría que pudiéramos hacer lo mismo en Madrid.
- Ya sabes que yo quiero contarlo. No le veo nada malo a lo que tenemos. Todo lo contrario. Y estoy seguro de que se van a alegrar.
- Eso espero. Todos menos Cris.
- Ella también. Además, no te preocupes. Que con ella hablo yo.
- Se va a enfadar. No tendría que haber hablado de tu supuesta novia.
- Bueno, lo entenderá. Si ella hubiera estado en tu lugar hubiera hecho lo mismo, así que…
- No sé.- digo no muy convencida. Pasado un rato, Dani se cansa y volvemos al coche. Al llegar al hotel, nos sentamos en una sala con una chimenea, dónde hay un televisor. Nos sentamos en un sofá y nos ponemos una manta por encima. La escena perfecta para mí, claro. Y para Dani, ya que una vez a gustico empieza a meter su mano por debajo de mi camiseta.
- Daniel, vamos a ver la película.
- Si la estamos viendo.- dice mientras su mano sube por mi tripa hacia mi sujetador. Le agarro la mano y la saco de mi camiseta. Pero no se queda así. Empieza a besarme el cuello, y cuando yo me distraigo, vuelve a la carga. Yo cierro los ojos y le dejo hacer, hasta que me doy cuenta de que estamos en un sitio público, donde puede venir cualquier persona, y donde no es lugar para estar metiéndonos mano.
- Dani, para. Puede venir alguien.
- Que no, boba. Están todos paseando.- dice volviendo a besar mi cuello.
- No, en serio. Para. Vamos a ver la peli.- digo mientras saco su mano de mi camiseta otra vez y la entrelazo con la mía.
- Vaaaaaale.- dice como un niño pequeño.- pero si me aburro, vamos a la habitación.
- Vale.- digo riéndome. La peli nos gusta, es la típica comedia americana con toques románticos. Cuando acaba, miro a Dani y me doy cuenta de que se ha quedado dormido. Está apoyado en el respaldo del sofá y su cabeza está girada hacia mí. Le miro y sonrío. Es tan guapo. Y tan cuqui, así, dormidito. Le acaricio la cara y abre un ojo.
- ¿Ya ha acabado?- dice bostezando.
- Sí. No me puedo creer que te quedaras dormido.
- Estaba bien, pero me entro sueño. No dormimos mucho anoche.
- Y por lo que intuyo, esta noche tampoco.
- Eres muy lista cuando quieres.- dice sonriendo. Yo también sonrío y le beso. Pero llega una pareja y me separo un poco. Se sientan en otro sofá y se ponen como nosotros, abrazados y haciéndose carantoñas.
- Mejor vámonos a la habitación.
- Después no digas que soy yo el que pienso en lo mismo siempre.- dice levantándose y arrastrándome a la habitación.

lunes, 9 de enero de 2012

Capítulo 51: Someone like you

- Parece que no me apetece…
- Si está calentita, y con burbujitas.- dice poniendo voz de tonto.
- Ya. Eso de calentita si me mola, que aquí fuera me estoy helando.
- Pues venga, ven. Si yo no muerdo.
- No muerdes…
- Solo a veces.- dice riéndose.
- Todavía recuerdo aquel chupetón.- digo mientras me acerco al jacuzzi y me voy quitando la ropa interior.- ¿Estás desnudo ahí dentro?- digo intentando distinguir si tiene bañador o no entre tanta burbuja.
- Ven aquí y lo compruebas.- dice poniendo cara sexy. Yo me sonrojo, porque hace calor y porque me da un poquito de vergüenza, así, en frío. Pero finalmente entro.
- Qué calentita está.- digo sonriendo y recostándome. Dani me acerca a su lado con un brazo.
- Pero ven aquí, que estás muy lejos.
- Es muy difícil estar muy lejos en un jacuzzi.
- Pero cuanto más cerquita, mejor.- dice sonriendo y dándome un beso en el hombro.
- Así si da gusto…
- ¿Relaja, eh?
- Y tanto que sí.- cierro los ojos y apoyo la cabeza en el hombro de Dani. Nos quedamos así un largo rato, tanto que yo me empiezo a adormilar, y cuando me doy cuenta, Dani empieza a besarme el cuello.
- Me estaba quedando dormida.
- Por eso te estaba despertando.- dice, con un tono de voz suave y ronco a la vez, que hace que la piel se me ponga de gallina y que me despierte del todo. Se separa de mi cuello y me mira a los ojos. Yo también le miro, pero en seguida me acerca y le beso. Él me responde rápidamente, y me acaricia la mejilla mientras aumenta la intensidad del beso. No sé si somos nosotros, la temperatura del jacuzzi o que la puerta del baño está cerrada, pero de repente siento un calor sofocante. Dani parece no sentirlo, porque me abraza fuerte y me levanta. Me sienta encima suyo todo eso sin dejar de besarme. Yo le respondo, porque a pesar de este calor me encanta cuando me besa así. Hacemos el amor, y no sé si son las burbujas o si es lo enamorada que estoy de Dani, pero no puede ser más perfecto. Nos quedamos un rato más en el jacuzzi hasta que me miro la mano y veo todos los dedos arrugaditos.
- Dani, será mejor que salgamos. Mira mis dedos.
- Sí, no te me vayas a arrugar, abuela.- dice riéndose. Salimos y nos damos una ducha rápida. Salimos y nos vestimos.
- Tengo hambre.- digo como una niña pequeña.
- No sé si tendrán todavía desayuno, sino, nos damos una vuelta y buscamos una cafetería.
- Sí, vámonos a pasear.- digo ilusionada.- a ver qué nos encontramos.
- Pero no mucho rato, que tenemos que volver a meternos en el jacuzzi.
- No piensas en otra cosa.
- Es que para eso hemos venido.
- No, hemos venido para estar juntos. Y dando un paseo estamos juntos.- digo sonriendo.
- Ya.- dice frunciendo el ceño. Preguntamos en recepción y nos dicen que ya el desayuno terminó, pero que cerca hay una cafetería. A una media hora caminando.
- Pues vamos en coche.
- No, caminando mejor. Así damos un paseo.
- No, perdemos mucho tiempo.- me cruzo de brazos y frunzo el entrecejo yo ahora.- no te pongas así, mañana damos uno por los alrededores.
- Ya, claro.
- Que sí, te lo prometo.- dice dándome un beso y dándome la mano para que vayamos hacia el coche. Vamos camino de la cafetería y Dani pone música y suena “Someone like you”, de Adele. Escucho la letra mientras Dani conduce, y me entran ganas de llorar. Es una canción preciosa, pero triste, y deseo con todas mis fuerzas que eso no me pase nunca. Deseo que nunca tenga que desearle a Dani que sea feliz con otra persona, porque no podría soportar verle con nadie más. Sin querer me sale un suspiro y Dani me mira.
- ¿Estás bien?
- Sí.- digo sonriendo y tragándome el nudo que se me ha formado en la garganta.- esta canción me pone triste.
- No entiendo lo que dice, pero tan solo la melodía pone triste a cualquiera.
- Habla sobre un amor no correspondido.
- Qué típico.
- Pero ella le desea lo mejor, con esa otra persona con la que está, a pesar de que parece que no le ha olvidado.
- Eso es una putada. Yo no te desearía lo mejor si no estuvieras conmigo. Querría que estuvieras conmigo y punto.- dice mirándome un segundo y volviendo la vista a la carretera.- si estás enamorado, no puedes desearle lo mejor con otro. Porque lo quieres tener tú todo con ella.
- Ya…- digo sonriendo, porque sentimos lo mismo.- pero si la relación se rompiera, por lo que fuera, si sientes cariño no quieres que le vaya mal en la vida.
- No, que la vida te vaya genial, pero me cagaré en el imbécil que se quede contigo.
- Qué romántico.- digo riéndome.
- Es verdad. El amor es así. No puede gustarte ver a la persona que amas con otro. Es imposible. Yo creo que no sería capaz.
- Yo creo que tampoco.- digo con voz bajita.
- Pues ya sabes, a estar juntos toda la vida, así ninguno de los dos sufre.

lunes, 2 de enero de 2012

Capítulo 50: Heartbeats

- Yo apagué el mío para que no nos molestara. Tendrías que haber hecho lo mismo.

- No me di ni cuenta.- digo mientras me levanto. Miro la pantalla y veo que es mi madre.- es mi madre. Espera que le digo algo rápido.- Dani asiente con la cabeza y hablo con mi madre, que está preocupada porque no le dije si al final iba a Mollet. Hablamos unos minutos y cuelgo. Apago el móvil yo también, ya que él tuvo el gesto de hacerlo.

- ¿Estaba preocupada?

- Sí. No le dije que al final no iba a Mollet.

- Ay, como quiere a la niña…

- Pues claro.- digo sonriendo y sentándome.- y qué detalle, gracias por apagar tu teléfono.

- Tenemos muchos momentos en el que nos ha interrumpido. No quería que nos pasara en nuestro fin de semana especial.- dice, quitándole importancia.

- Qué cuqui eres.- digo levantándome y sentándome encima suyo. En seguida me pasa su mano por la cintura. Yo le rodeo el cuello con mis brazos y le doy un beso. Nos besamos durante un rato hasta que me suenan las tripas.

- Venga, vamos a comer. Ya habrá tiempo para besos.- dice Dani dándome un último pico.

Cenamos charlando de nuestras cosas, con algunos momentos de silencio, pero no de ese silencio incómodo en el que no sabes qué decir, sino el silencio que hace que mires a los ojos de la otra persona y sientas que no hay nada que decir, porque con mirarle a los ojos ya sabes lo que siente. Cuando terminamos, Dani llama a recepción para que se lleven el carrito.

- Lo podríamos haber dejado a un lado.

- No, que luego nos interrumpen.- dice mientras se acerca a la puerta.

Mientras él habla amablemente con la persona que viene a llevarse los platos, yo saco lo que he traído de la maleta, para dejarlo terminado antes de que vayamos al tema. Porque sé que Dani va a ir al “tema” desde que se cierre esa puerta. El chico que ha venido le está contando alguna cosa, y Dani mueve el pie nerviosamente. Me río por lo bajo y cuando acabo, abro la maleta de Dani. Saco sus cosas y siento un cosquilleo extraño. Se me hace raro sacar su ropa de la maleta y colgarla en el armario. Pero a la vez me gusta. Como si pudiera imaginarme haciendo eso si viviéramos juntos. Dejo de fantasear cuando me abraza por detrás.

- Pareces una ama de casa guardando la ropa de su maridito.- dice leyéndome el pensamiento.

- Estaba haciendo tiempo.

- No, si yo encantado, así vas aprendiendo.

- Sí, no te queda nada a ti. No creo que seas un inútil.

- Claro que no. Pero si me lo puedes hacer tú mejor.- dice riéndose. Le doy un manotazo en el brazo, pero no demasiado fuerte. Él se vuelve a reír y me da un beso en el cuello.- la verdad es que me gusta verte así. Guardando mi ropa. Hace que nuestra relación se vea más… relación, no sé si me entiendes.

- ¿Cómo algo serio?

- Sí, como algo serio.

- Quién lo iba a decir.

- ¿Qué?

- Que tu tendrías algo serio con alguien, don ron cola soltero de oro.

- Ya me decía mi madre que aparecería alguien que me enamoraría y me haría cambiar de forma de ser.

- Qué sabia es Tina.

- Y tanto que sí.- dice riéndose. Yo me doy la vuelta, sin dejar que deje de abrazarme, y le abrazo fuerte. Nos quedamos un momentito así, abrazándonos, pero Dani en seguida se separa un poco de mí y me besa. Inclina un poco la cabeza y su lengua se entrelaza con la mía, mientras una mano mía entra debajo de su jersey. Él también mueve sus manos por mi cuerpo, quitándome la ropa y tirándola por el suelo. Volvemos a la cama, sin dejar de besarnos, y volvemos a hacer el amor durante un largo rato.

Me despierto sobresaltada, sintiendo que no estoy en mi casa. Abro los ojos y miro alrededor. Dani está a mi lado, durmiendo. Su brazo encima de mí. Me siento en la cama y miro alrededor. La luz está apagada, ha tenido que apagarla él, y estamos tapados. Yo me quedé dormida en seguida. Me levanto y recojo toda la ropa del suelo, para ponerla en una silla. Voy al baño y cuando salgo me encuentro a Dani igual de desorientado que yo.

- ¿Dónde estabas?

- En el baño.- digo corriendo hacia la cama para que los pies no se me enfríen.

- Pues vamos a seguir durmiendo.

- ¿Te he despertado?

- No, de repente me he despertado y no sabía dónde estaba.

- A mí me ha pasado lo mismo.- digo abrazándole y dándole un beso. Él, a pesar de estar más dormido que despierto, me lo devuelve encantado. Su mano empieza a acariciarme todo el cuerpo y nuestras respiraciones se aceleran.

- Creía que querías seguir durmiendo.- digo mientras le separo un poco.

- Ya dormiremos después.- dice sonriendo.

En sueños oigo un ruido de agua correr. Me despierto, y veo que Dani no está en la cama. Entra luz por las ventanas, y por la intensidad, me doy cuenta de que no es muy temprano.

- ¿Dani?

- ¡Aquí!- sale una voz del baño. Me levanto extrañada y voy hacia allí. Y allí me lo encuentro, metido en el jacuzzi recostado y con agua burbujeante a su alrededor.

- ¿Estás a gusto, eh?- digo sonriendo.

Estaría mejor si entraras conmigo.- dice sonriendo también.