martes, 15 de noviembre de 2011

Capítulo 37: Sálvame.

Toda mi resistencia parece desvanecerse con esas palabras. Ya sé que me quiere a mí y a nadie más, pero no son las palabras las que deberían hablar.

- Me encanta oírlo. Pero sería tan perfecto si además me lo demostraras.

- Piénsate las cosas antes de hablar, porque creo que te lo he demostrado muchas veces.- sí, vale. Se me olvidaba la noche asiática. Y todas las noches que han habido pero…

- A veces lo malo eclipsa todo lo demás.- digo mirando al suelo. Suspiro y noto como sus manos acarician mis brazos. Él también suspira. Siempre nos encontramos en el mismo sitio. Por mucho que queramos, no podemos vivir el uno sin el otro. Y por mucho que quiera, siempre acabo perdonándole. Yo sigo mirando el suelo, pero él está ahí parado, esperando a que le mire. Cierro los ojos y vuelvo a suspirar.

- Deja de suspirar y mírame.- me susurra. Yo sigo con la mirada hacia el suelo.- por favor, Anna. No he pegado ojo desde el jueves, no puedo dejar de pensar en lo mal que me porté y de verdad que lo siento. Tienes razón en eso de la madurez. Me falta, quizás, para algunas cosas. Pero no puedo evitar ser amigo de mis amigos. Te prometo que nunca más me olvidaré de que he quedado contigo, ¿vale? Y si lo hago, tendrás derecho a no mirarme el resto de tu vida.- yo sigo sin mirarle, así que finalmente me levanta la cara con sus manos y me acaricia las mejillas con sus pulgares. Como ve que cierro los ojos, se acerca a mí y apoya su frente con la mía. Vuelvo a suspirar y me besa. Un beso demasiado tierno y demasiado suave. Un beso que me llega el corazón y derriba todas mis barreras. Cuando voy a profundizar el beso se separa de mí.

- ¿Me vas a perdonar?

- Me lo estoy pensando todavía.- digo haciéndome la dura.

- Ya, pues no tardes tanto y bésame que sabes que te mueres por hacerlo.- dice volviendo a juntar sus labios con los míos, pero esta vez sin suavidad, sino con mucha pasión. Le rodeo el cuello con mis brazos y le abrazo fuertemente mientras suavemente abre mis labios para jugar con mi lengua. Nos quedamos así, en medio de mi casa, besándonos, no sé por cuánto tiempo. Noto sus manos dentro de mi camiseta y me da un escalofrío. Hago lo mismo pero se separa antes de que siga.

- ¿Estoy ya perdonado?

- Qué pesadito eres, hijo.- digo agarrándole de la nuca intentando juntar nuestros labios, pero hace fuerza para que no lo consiga.- Daniel, no me cabrees más de lo que ya estaba.

- No me parece bien acostarme con una persona que está enfadada conmigo.- dice poniendo cara de niño bueno.

- Está bien. Te perdono.

- ¿Pero sólo por el sexo?

- No.- digo sonriendo.- te perdono porque aunque a veces te comportes como un auténtico imbécil no puedo vivir sin ti. Y te quiero.- se acerca a mí y me acaricia la cara con sus manos.

- Yo también te quiero.- y me besa. Seguimos besándonos mientras yo siento cosquillitas en el estómago y me doy cuenta de que siempre va a ser así. De que siempre le voy a perdonar porque es necesario en mi vida. Porque adoro que me bese, y que me acaricie el pelo mientras lo hace. Que meta disimuladamente sus manos debajo de mi camiseta y me acaricie la espalda mientras enreda su lengua con la mía como si tuviera todo el tiempo del mundo. Porque me encanta que me haga el amor de la forma más dulce, suave e intensa que he sentido en mi vida, y que mientras me lleva al cielo no deje de mirarme a los ojos. Y perderme en ellos como si ahí estuvieran todas las respuestas. Y me da miedo que siempre vaya a ser así, que sea capaz de pasarle cualquier cosa porque no puedo vivir sin él. Y así me quedo despierta mirando al techo, mientras él duerme tranquilo acurrucado contra mí y con su cara enterrada en mi cuello. Noto su respiración y me entra un escalofrío. Cierro los ojos y suspiro. Ya veremos qué pasa más adelante, pero no cambio este momento por nada del mundo.

A la mañana siguiente no soy yo quién se levanta primero. Porque me despiertan unos besos en el cuello y olor a café. Abro los ojos y me lo veo sentado en la cama inclinado hacia mí.

- Te he traído el desayuno, ya que ayer me perdonaste, era lo menos que podía hacer.- dice acercando una bandeja con tostadas, café, zumo y galletas.

- Gracias.- digo sonriendo y bebiendo zumo. Me da un beso.

- De nada.- y desayunamos tonteando y jugando. Después nos damos una ducha y nos vamos al programa. Después de leer el guión nos escapamos un rato a nuestro rinconcito en la terraza y nos hacemos arrumacos mientras hablamos del plan de ese día.

- ¿Repetimos la noche neoyorquina?

- Olvídalo, te perdiste la oportunidad de verme como Blake Lively. No voy a volver a vestirme así.

- Joder. Bueno, más adelante sí, ¿vale?

- Veremos.- digo riéndome.-Hoy no tienes más planes supongo.

- Bueno la verdad es que…

3 comentarios:

  1. No!!!! DANI NO LA JODAS OTRA VEZ! *_* jajaja Mas le vale... Ahora q hay reconciliación q no la chafe eh?? Esta en tus manos Azahara! ;)
    Madre mia... otra que me deja sin palabras... En serio... que nivel, que nivel!!! es no se como describir el cap! es preciooosoo! las reflexiones de anna... pff... me dejan K.O. En serio... es q ya estas fuera de lo normal... madre mia...
    NECESITO EL SIGUIENTE YAA!

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  2. NO Dani, más planes no eh!!! Bffff Azahara, increíble tus capitulazos!! Este y el anterior, los acabo de leer ahora mismo y casi me viene algo!! Este sobretodo, bffff no tengo palabras suficientes para describir lo que me has transmitido!! Es perfecto, precioso, con tanto sentimiento... y después dices de mis caps románticos... anda que los tuyos... jaja me han dejado muerta... Pre-cio-so!!! Siguiente ya por favor!! Y DANI, no la cagueeees!!!!!!!!

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  3. no jodas Daniel, que la estás cagando en todos los capítulos!!!!! ay madre, que intriga!! espero que diga: "la verdad es que.. no" jajajaja. genial enserio! la frase "perderme en ellos como si ahí estuvieran todas las respuestas" que bien escribes!!!!

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