Capítulo 1. Ya nada volverá a ser como antes.

Estamos sentados en el suelo de la terraza, como todos los días. Yo, fumándome un cigarrillo. Él, hablando sin parar sobre su fin de semana. Somos dos amigos, dos amigos que se conocen desde hace mucho tiempo y que gracias a este último tiempo juntos nos hemos vuelto inseparables. Nos contamos nuestras cosas, nuestros problemas y no puedo imaginarme a un amigo mejor. Hoy empezamos hablando de su fin de semana. Al parecer tiene algo importante que decirme…

- -Y entonces, ¿qué es eso tan importante que tienes que contarme?

- -Bueno, es algo que no sé si te va a gustar, pero que te lo propongo igualmente. Me han invitado a una fiesta esta noche, y al parecer es obligatorio ir con acompañante. Por supuesto yo tengo a millones de chicas a las que llamar…

- -Me parece bien. ¿Tu problema es a quién llamar?

- -No, resulta que no quiero llevar a nadie que no me deje disfrutar de la fiesta. A ver, cuando llevas a un posible “ligue” a una fiesta, no puedes ser tú mismo, porque lógicamente quieres llevártela al huerto, en la mayoría de los casos, y tienes que causar buena impresión. Entonces he pensado que podrías venir tú conmigo, ya que sabes que soy un imbécil al que le gusta beber y pasárselo bien, haciendo tonterías- me dice sonriendo.

- -¿Yo? ¿A una fiesta? Creo que no has pensado bien las cosas- digo riendo.

- -Vamos Annita, ambos sabemos que te encanta salir de fiesta también, aunque tengas otras prioridades…

- -No lo sé, Dani. – digo dudando. Lo que menos me apetece es ir a una fiesta con él y dónde no conozco a nadie. Él en seguida se pondrá pedo y yo me quedaré sin saber qué hacer.

- -Te prometo que me portaré bien y no te dejaré sola en toda la noche- dice como leyéndome el pensamiento.

- -Ya, eso lo puedes prometer ahora, pero cuando estés allí, pedo, y buscando con quién liarte ni te acordarás de cómo me llamo- digo levantándome.

- -Te juro que sí. No me voy a emborrachar ni a buscar con quien liarme. Sólo voy porque va a haber un montón de amigos míos y me pidieron por favor que fuera. Además, fliparán cuando me vean contigo…

- -No creo que sea para tanto- digo riendo.

- -Bueno entonces, ¿hecho? Es mañana a las 9. Te pasaría a recoger a las 8 y media y ya nos iríamos a casa de mi colega. No puedes decirme que no- me dice poniéndome ojos de corderito.

- - Está bien…- digo no muy convencida- pero me tienes que prometer que nos iremos cuando yo te diga. No quiero estar ahí hasta las tantas que al día siguiente tenemos programa.

- - No te preocupes por eso. Cuando la señora lo diga, nos vamos- dice dándome un abrazo- gracias cuqui.

Todavía no estoy segura de por qué le he dicho que sí, pero aquí estoy, intentando decidir que ponerme. Ni siquiera me ha dicho cómo se supone que tengo que ir vestida. Decido ponerme un vestido negro, que siempre viene bien para cualquier cosa, con un hombro al descubierto y con la falda corta. Me pongo unos taconazos y miro el reloj. Ya son las 8 y 15 y Dani viene a las y media así que rápidamente me maquillo y me peino y llega Dani.

- -Así me gusta, Annita, que seas una chica puntual- me saluda desde la puerta del coche.

- - He tardado más de la cuenta porque no me dijiste cómo tenía que ir vestida, listo- lo miro y el va con unos vaqueros negros y una camisa negra también. Muy guapo.

Llegamos a la fiesta y Dani no para de saludar a un montón de gente que yo nunca he visto. Llegamos a la barra y Dani nos pide unos mojitos.

- -Para empezar bien la noche.

- -Recuerda lo que me prometiste.

- -Sí, Annita, no seas pesada. Ahora vamos a dar una vuelta a ver a quién más nos encontramos.

Gracias a dios nos encontramos con algunos que conozco. Mientras estoy con David Broncano miro a mi alrededor buscando con la mirada a Dani, no vaya a ser que no lo encuentre y me quede ahí plantada. Está hablando con un amigo que es periodista y le está presentando a una chica muy mona, morena con ojos claros.

- -Anna, ¿me estás escuchando?

- - ¿Qué? Ah, sí, perdona. Estaba buscando a Dani, no quiero que me deje aquí sola que es mi coche de vuelta. – digo riendo.

- -No te preocupes, está hablando con unos amigos. Además, por eso no te preocupes. Si lo pierdes, dime y yo te llevo a casa.

- -Muchas gracias David. – sonrío y seguimos hablando.

Después de un rato hablando viene Dani y cumple su promesa. Nos vamos a la barra, bebemos unas cuantas (bastantes) copas, bailamos y nos lo pasamos bien. A las 4 le digo que ya va siendo de irnos a casa.

- - Creo que sería mejor que nos fuéramos en taxi. Si la policía te para con lo que has bebido te cae un buen puro.

- -No te preocupes. Tampoco estoy tan mal.

- - Tú verás- le digo tambaleándome un poco. No pensé que hubiera bebido tanto, pero me noto contentita y un poco desorientada.

Llegamos a mi casa y nos encontramos con un control policial un poco más adelante.

- -Creo que sería mejor que subieras y esperaras un rato antes de irte.

- -Venga, nos tomamos la última.

Subimos y mientras preparo algo, él se sienta en el sofá. Bebemos alguna copa más mientras nos reímos y lo pasamos bien. Cuando ya son las 5 decide irse.

- -Bueno Annita, mañana nos vemos.

- -Ten cuidado. – le digo mientras me abraza. Cuando nos separamos nos quedamos mirando y de repente el baja la mirada a mi boca. Siento un cosquilleo en el estómago y hago amago de acercarme más, pero Dani me da un beso en la frente y se va.

Y ahí me quedo, como una tonta mirando a la puerta. No estoy muy segura de lo que acaba de pasar, pero no puedo evitar emocionarme al pensar que igual Dani sienta lo mismo que yo.

Me voy a la cama pensando que ya nada volverá a ser como antes. Quizás lo que yo creí que eran imaginaciones mías eran hechos que prueban que Dani siente lo que yo siento…