Capítulo 15: Qué tengo que hacer

Esa misma mañana, Flo nos reúne para contarnos que Cristina Pedroche será la nueva reportera. A Romina parece no hacerle demasiada gracia, y la entiendo. Si me hubieran dicho que era a mí a la que venía a “acompañar”, tampoco me hubiera hecho gracia.

- No sé por qué Romina se ha molestado tanto. No le va a quitar el trabajo ni nada parecido.

- Hombre, es normal. Ya no es ella la única reportera.

- Pero ni conoce a Cris. Está creando mal rollo sin tener por qué.- vale. Respiro hondo e intento pasar por alto que esté cabreado por ella y que la haya llamado Cris.

- Yo también me “molestaría” si alguien viniera a compartir mi espacio.

- Pues eres una inmadura, porque es una estupidez.- estábamos caminando hacia la terraza. Me quedo parada. Cuando ve que no le sigo se vuelve.- vamos.

- No, no soy una inmadura. Lo que pasa es que tú estás muy ilusionado de que venga tu “amiguita”, ¿no?

- ¿Qué?- dice riéndose.- ¿No estarás celosa?

- ¿Tengo motivos para estarlo?- digo hablando bajito, sabiendo que pueden oírnos. Me agarra de la mano y nos metemos en la sala de descanso, dónde no hay nadie.

- No tienes que estar celosa, Anna. Cris y yo sólo somos amigos.- dice agarrándome por la cintura.

- Pues no entiendo por qué dices eso de Romi. Es normal que se enfade.

- No, no lo es.

- Imagínate que de repente traen a, no sé, a Mario Casas a ayudarte a presentar el programa. ¿Te gustaría?

- No, porque Mario es un actor.

- Bueno, imagínate que es cómico como tú e imitador. ¿Te gustaría compartir tu puesto con alguien más?

- Eso es otra movida.

- No, es lo mismo. Lo que yo creo que pasa es que no te gusta que toquen a “tu Cris”.

- Eso no es verdad.

- Yo creo que sí. Y si estás así sin ni siquiera haber ella empezado, no me quiero ni imaginar cómo será esto cuando la veas.

- Por eso no hay problema, porque ayer me la encontré en un bar y no pasó nada especial.

- Oh…- no sé qué decir. La verdad es que sí, me molesta que vaya a venir esa tal Cristina que fue su ex y que tanto cariño le tiene Dani. Porque no quiero que me vaya a cambiar por otra.

- Pero Annita, no tienes de qué preocuparte. Lo nuestro fue hace mucho tiempo y ahora somos sólo eso, amigos.

- Y entonces, ¿por qué no me habías contado que la viste?

- Ni siquiera me acordaba.

- Ya.

- ¿Vamos a empezar otra vez con eso de desconfiar?

- No. Pero todo esto es muy raro. Tanto Cris de repente me tiene aturdida.

- Anna, entiendo tu punto de vista. Pero no me parece justo que se juzgue a Cris sin ni siquiera conocerla, pero no quiero enfadarme contigo por esa tontería. De verdad.

- Vale. Pero se suponía que ibas a contarme todo a partir de ahora. Mal empiezas, Martínez.

- Imagínate lo poco importante que fue para mí que ni siquiera me acordaba.- dice empezando a besarme el cuello.

- Tienes demasiadas amigas, tú.- digo empezando a ceder.

- Las vuelvo locas.- dice riéndose.

- Ya. No te andes tú con ojo.

- Venga, ya quita esa cara y vamos a reconciliarnos. Aunque sigo sin entender por qué nos hemos enfadado. Me importan una mierda Cris y Romi en el aspecto de que es más importante para mí estar contigo.

- En eso tienes razón.- y me besa. Nos quedamos así un rato hasta que oímos ruido fuera y nos vamos cada uno a nuestro camerino. A mí sigue sin hacerme gracia esto de Cris. No la conozco a la chica, pero no me hace gracia que venga.

Pasan unas semanas y Dani y yo seguimos igual de bien. Todos los días dormimos juntos y no me he ido a Mollet ningún fin de semana. Mis padres me echan de menos así que decido ir, para verles. Ese jueves, Flo nos dice que hay malas noticias. Que cuatro no quiere renovar el contrato. Y que Tonterías se acaba. Nos quedamos todos muy tocados, pero Flo nos dice que Pablo Motos se va a antena 3 y que está negociando algo para nosotros. Bueno, al menos es un alivio.

- No puedes irte este fin de semana, Anna. ¿Qué voy a hacer sin ti?

- Algo buscarás.- digo riendo.

- Déjalo para el siguiente.

- Así llevo más de dos meses. Además, cuánto antes vaya, más tarde tendré que volver.

- ¿Qué tengo que hacer para que te quedes conmigo?

- Nada. Pórtate bien el fin de semana e igual me vengo pronto el domingo.

- Que mala eres.- dice poniendo cara de pena. El viernes me acompaña a la estación y nos despedimos solo con un abrazo, ya que estamos en un sitio público. Pero cuando estoy en el AVE me manda un mensaje diciéndome que me quiere. Cómo lo voy a echar de menos. Lo paso bien con mis padres, tenía ganas de verles. El domingo llamo a Dani para decirle a la hora que llego.

- Tienes resaca, ¿eh?

- Pff, no te quiero ni contar. No me aguanto en pie.

- Te parecerá bonito.

- Ya sabes que mis amigos siempre me lían.- dice poniendo voz inocente.

- Ya, claro. Eres más peliculero.- digo riéndome.- no tendrás nada que contar, ¿no?

- No. Que me lo pasé muy bien. Y no me encontré con ninguna ex.- dice riéndose.

- Me alegro. Pues nos vemos ahora cuqui.

Me paso todo el camino pensando en todas las cosas bonitas que nos han pasado. Cuando me queda poco para llegar, me llega un mensaje. Es de Romina. “Cuquita, tengo un notición que darte. Llámame.” Decido llamarla luego. Cuando ya vea a Dani y estemos en mi casa. Cuando salgo del AVE me lo veo esperándome. Con las gafas de sol y cara de cansado. Cuando me ve sonríe.

- Por fin.- dice abrazándome fuerte.- te eché de menos.

- Yo también. Menuda pinta tienes.

- Cállate, que no me mantengo en pie. Sólo he venido porque eres tú.

- Qué cuqui eres.

Llegamos a mi casa y por fin nos besamos. Me separo de él para dejar la maleta en mi habitación y cuando vuelvo, Dani está echado en el sofá. Llamo a Romina y lo dejo dormir.

- ¡Hola cuquita!

- Hola Romi. Acabo de ver tu mensaje.

- Tía, te vas a morir. Anoche salí de fiesta y a que no sabes a quién me encontré.

- ¿A Dani?

- Vaya, eres adivina.

- No, es que me había dicho que iba a salir.- digo disimulando.

- Pues sí. Y estaba con la nueva, Cristina. Se ve que son súper amigos, y Dani y yo el otro día hablando, me dijo que tiene novia. Y estoy segura de que es Cris.

- ¿Tú crees?

- Sí. No se besaron ni nada, pero estaban muy cariñosos. Y ella no se separó de él en toda la noche. Cuando se fueron se quedó con cara de chafada.

- Pues a lo mejor.- digo sin saber bien qué responder. Porque la novia soy yo, pero no me gusta que esté tan cariñoso con ella.

- Pues cuquita, yo creo que están juntos. Y aparte de eso, te diré que tendrás que aguantarla tú sola.

- ¿Por qué?

- Porque me han ofrecido esta mañana trabajar en espejo público de verano como copresentadora.

- Vaya, cuquita, me alegro mucho por ti.- digo sinceramente. Lo único que no me hace gracia es que tengo a Cristina sola para mí. Enfadada como estoy, decido dejarle durmiendo y arreglo un poco la casa. Cuando estoy en la cocina preparando algo me agarra por detrás.

- ¿Por qué no me has despertado?

- Se te veía muy bien durmiendo.

- Es que llegué tarde ayer. Pero quería estar contigo, no sobando.

- Aproveché para hacer algunas cosas.

- ¿Estás enfadada?- lo primero que me sale decirle es que sí, porque me había vuelto a mentir. Pero decido dejarlo pasar, darle una oportunidad de que me lo cuente y sea sincero.

- No. Estoy distraída. Romi me acaba de llamar.- noto que se tensa a mi espalda.

- ¿Y eso?

- Nada, que la han fichado para espejo público de verano. De copresentadora. Está súper feliz.

- No me extraña.

- Me alegro mucho por ella.

- Sí, la echaremos de menos. Bueno y ¿qué preparas?

- Nada, una tortilla, me entró hambre.

- Y para mi, ¿nada?

- No, no te lo mereces.

- ¿Por qué?- dice poniendo cara de pena.

- Porque te quedaste dormido. Además, no me has contado que tal ayer.

- Mi resaca te lo dice todo. Mucha bebida, como siempre.

- Romina me dijo que salió. ¿No te la encontraste?

- No, la verdad es que no. No iríamos a los mismos sitios.- dice separándose de mí.

- Pues ella me dijo que sí te vio. Y que le habías dicho que tenías novia.

- Se puso pesada. Y le dije la verdad. Pero no le dije quién era.

- Y por eso disimulaste con Cristina el sábado, ¿no?- me mira en silencio. Mierda. Se supone que él tenía que contármelo, pero está claro que no tenía intención.

- No sé a qué te refieres.

- ¿Ah no? No sabes, ¿no?

- No.

- Ya. Pues dice Romi que cree que tu novia es Cristina. Por cómo estabais el sábado.

- Eso son cosas de ella.

- No me trates como si fuera tonta, Daniel. Ni siquiera me habías dicho que saliste con ella.

- Es que no salí con ella. Me la encontré allí. Y además me estás hartando con tus tonterías de los celos. No tengo que darte explicaciones de todo lo que hago ni de con quién salgo. Si quiero estar con Cris cariñoso porque somos amigos, lo estaré. No eres nadie para decirme que puedo hacer.

- En eso tienes razón. No soy nadie para decirte nada.

- Exacto. Me parece que se te ha subido a la cabeza eso de ser mi novia. Porque yo no voy a dejar de salir ni de hacer lo que tenga que hacer.

- Ni yo quiero que dejes de hacer nada.

- Pues entonces deja de controlarme.

- No te preocupes que no lo volveré a hacer. A partir de ahora haz lo que te dé la gana, que yo haré lo mismo.

- Perfecto. – dice y nos quedamos callados mirándonos. Me duele que piense eso de mí, y me duele que se piense que nuestra relación no es importante. Está claro que tenemos formas distintas de entender una relación.

- Creo que será mejor que te vayas.

- ¿Por qué? ¿esperabas que te volviera a pedir perdón por no contarte nada? No te lo conté porque para mí no es importante.

- Para mí sí lo es.

- Pues lo siento. Pero así van a hacer las cosas, Anna. Te estás tomando muy en serio esto de ser mi novia y me estoy empezando a agobiar de verdad. Ni Lara era tan agobiante.- de repente se calla al darse cuenta de lo que acaba de decir. Me quedo callada mirándole dolida.

- Será mejor que te vayas.- repito y me voy hasta la puerta.

- Anna, lo siento. No quería decir eso.

- No quiero hablar más contigo, Daniel.- molesto coge sus cosas y se va dando un portazo. De repente noto que se me nubla la vista y empiezo a llorar. Me tiro en el sofá e intento calmarme. En realidad todo era demasiado bonito para ser verdad.